El cementerio de entrenadores y la gran prueba de Xabi Alonso

La Champions League siempre ha sido el terreno más glorioso y, al mismo tiempo, más cruel para el Real Madrid. Ningún club domina la competición como el Madrid, pero también es cierto que ese mismo escenario ha sido históricamente un “cementerio de entrenadores” para el conjunto blanco. Ganar en Europa es casi una obligación, y cuando no ocurre, las consecuencias suelen ser inmediatas y despiadadas.
Xabi Alonso ha aterrizado en el banquillo merengue dejando muy buenas sensaciones en un Mundial de Clubes en el que alcanzó las semifinales y con un inicio impecable en LaLiga, donde suma cuatro victorias en cuatro jornadas que han despejado dudas y reforzado la ilusión. Pero todos en el club saben que el verdadero examen comienza este martes ante el Olympique de Marsella. El campeonato doméstico importa, es cierto, pero si la Champions se tuerce, la presión se multiplica y la estabilidad del proyecto se tambalea. Una mala actuación en la Liga de Campeones puede echar por tierra todo lo demás, por bueno que haya sido.
El reto para Xabi no es solo ganar partidos, sino demostrar que puede mantener la identidad del Madrid en Europa, ese gen competitivo que convierte cada noche continental en una historia épica. El vestuario está con él, la afición ilusionada y el club expectante. Ahora, solo falta que la Champions, juez implacable, no escriba para él la misma sentencia que ya dictó sobre tantos otros.

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