Covirán Granada 100-111 Real Madrid | Lucha épica con recompensa final
La visita del Real Madrid a Granada ya pintaba a ser muy complicada, y así fue. Los primeros cinco minutos de partido fueron de muchas alternancias en el marcador, así como un juego muy plano de los blancos. Si bien estuvieron por delante en el marcador durante la inmensa mayoría de este inicio, las sensación no fueron nada buenas. Con todo ello dicho, los locales reaccionaron con dos triples consecutivos de bella factura, lo que impidió a los blancos marcharse en el electrónico, y es que la defensa exterior de los de Sergio Scariolo fue inexistente hasta este punto. Lluís Costa fue el principal baluarte ofensivo de los granadinos, pues su acierto fue clínico desde fuera. Aun así, los capitalinos se fueron con ventaja al final.
De cara al segundo cuarto, el partido cambió muy poco, aunque entró en un carrusel de tiros libres problemático para el Real Madrid. Así, y con muchos errores en cada posesión madridista, el marcador no se movió ni para un lado ni para otro. Y fue Trey Lyles quien desatascó el ataque blanco con sus lanzamientos, ya sea desde el triple o la media distancia. Pese a ello, Granada se movió bien en cada posesión gracias a su circulación de balón excelsa, y fue Alberto Abalde con un tiro exterior marca de la casa quien empató el encuentro. El descanso llego por suerte para los madridistas, que no estaban ofreciendo una buena versión, y todo llegó igualado a vestuarios.
En el tercer cuarto, el Real Madrid empezó a carburar, y logró una ventaja de dos dígitos tras muchos minutos a contracorriente. El ritmo aumento considerablemente, y el club blanco se mostró en mejores condiciones que el rival para poder afrontar una velocidad de juego más alta. David Kramer también se calentó, y fue un jugador clave en ataque, pero también en defensa. Asimismo, Granada bajó sus prestaciones en el tiro, y eso lo notó el conjunto dirigido por Scariolo, que no necesitó aumentar la intensidad atrás. No contentos con ello, parece que los madridistas se dejaron ir, algo común en este periodo, y los locales se pusieron por delante antes de empezar los últimos diez minutos con una versión pésima en todos los sentidos.
El último cuarto comenzó con mucho barullo y varias técnicas a los dos equipos, por lo que los dos primeros minutos de juego fueron muy lentos y sin apenas sistemas por parte de ningún conjunto. Así la antideportiva pitada a Lluís Costa ayudó al Real Madrid a poner tranquilidad en el marcador, aunque tampoco en exceso. Con idas y venidas, fue Mario Hezonja quien impuso su ley con un 2+1 imperial y necesario, pero Matt Thomas lo devolvió con un triple espectacular y clave para los intereseses locales. Con todo ello dicho, los de Scariolo tuvieron que aumentar el nivel defensivo para lanzar contraataques certeros ante la defensa granadina. El croata dinamitó el encuentro con un triple a pase de Abalde, y fue pieza necesaria para intentar cerrar la victoria. Y así fue, se tiñó de color blanco.