Ramírez, una zurda de oro
Dani Ramírez está llamando a las puertas del Castilla. El mediapunta es el líder del ataque del segundo filial blanco. El balón, antes de entrar en la portería, ha pasado por sus botas en la gran mayoría de ocasiones. Rami, como le llaman sus compañeros de equipo, es el que pone la fantasía en los partidos. Acorde con el equipo, el centrocampista quizás no ha estado sobresaliente en algunos partidos, pero en todos ha dejado varios destellos.
El de Leganés entró en 'La Fábrica' hace cinco años y ha ido escalando desde el Juvenil B hasta llegar al segundo filial del Real Madrid. Tras tres años en la categoría Juvenil -dos en el B y uno en el A- uno de los actuales capitanes del conjunto dirigido por Díaz formó parte del Real Madrid C en 2011. Durante las dos temporadas anteriores ha ido creciendo progresivamente hasta convertirse en una pieza clave. Tanto, que el año pasado llegó a ser el máximo goleador del equipo con diez tantos.
Ocho encuentros de pura fantasía
El futbolista de tan solo 21 años es un mago con el balón. Ramírez tiene una zurda exquisita y deja destellos en cada jornada. Su estatura, 1,73 centímetros, le permite mantener el centro de gravedad muy bajo y así tener un mayor control sobre el balón. Sus controles son de otra galaxia, así como sus pases. Su mejor socio es Fran Sol, al que ha asistido en varias ocasiones, llegando a entrar el balón en la portería en dos ocasiones. Tiene mucha velocidad aunque no lo parezca, y también puede ejercer de delantero -como ante el Toledo-.
Ramírez ha sido titular en los ocho choques ligueros, siendo el líder del ataque. Su mejor encuentro lo cuajó ante el Sariñena, aunque siempre deja detalles en todos los partidos, incluso contra el Tudelano, en el que tuvo que ser sustituido antes del descanso por la expulsión de Molero. El pasado domingo cuajó una primera mitad soberbia, y verle jugar cada semana es un espectáculo.
No tiene techo
Dentro de los jóvenes es de los más veteranos. Ya es un jugador experimentado. El centrocampista tiene esa técnica exquisita que no todos los futbolistas poseen y si sigue trabajando y pule los pequeños defectos que tiene, su proyección no tendrá techo. Su objetivo es el Castilla y después el primer equipo. Calidad le sobra pero por el momento, Toril, inexplicablemente, no parece dispuesto a apostar por su talento, que no estaría de más para el primer filial blanco.