Cuánto daño ha hecho Guardiola...
Como si todos los días surgiesen entrenadores de la casa de debajo de las piedras, el modelo de entrenador que se presupone como ideal en nuestros días es el de un hombre que haya mamado la cultura de la entidad y se haya criado con la idiosincrasia propia que emana la institución. Y es cierto, pero cuánto daño ha hecho Guardiola. El técnico de Sampedor relevó a Rijkaard en una época convulsa en 'Can Barça'. Corría el 2008 y un soldado de las categorías inferiores del club blaugrana tomó las riendas del transatlántico en Primera, y no le pudo ir mejor. Se apoyó en figuras que conocía de primera mano como Sergio Busquets entre otros, y rodeado de talento, el 'tiki-taka' combustionó en todo su esplendor en la Ciudad Condal. El sextete logrado por el cuadro culé prendió la mecha de la corriente que estimó que esa política era la más apropiada, pero no siempre va a salir bien y menos porque a otros les haya funcionado.
Raúl González Blanco se hizo cargo del Castilla al comienzo de esta misma temporada, y ahora, con Zidane todavía cuestionado, las quinielas sitúan al exdelantero blanco como una de las alternativas más propicias para relevar al galo en el trono. Valdano y él mismo ya han dejado caer la posibilidad, pero es muy pronto. Con un balance de 3 victorias, 5 empates y 2 derrotas, el primer filial del Real Madrid es 7º con 14 puntos, a 6 de los playoffs tras la primera derrota en casa ante el Ferrol en el día de ayer. Esto lleva a pensar que la posibilidad de que a corto plazo el mítico '7' entrene al primer equipo es, cuanto menos, precipitada e injustificada. Los resultados no están acompañando, y su nombramiento respondería más a la enorme carga simbólica de la decisión que a los propios méritos deportivos demostrados hasta el momento. Las cosas, mejor con calma, pues el Madrid está abonando el terreno para el futuro del madrileño. Tarde o temprano custodiará el banquillo del Bernabéu, pero las prisas no son la mejor receta. Si Zidane no agota su contrato, el Madrid debe pensarse dos veces la elección de su inmediato sucesor. Mientras el Real Madrid sueñe con un futuro de color rosa copado por incontables títulos, un sistema de juego definido y característico y con la parroquía madridista coreando el nombre de Raúl, sueños serán, como diría Calderón de la Barca. Lo que es indudable es que la irrupción de Guardiola hizo mucho daño, porque no todo el campo es orégano.