Cuántos quisieran tener a Sergio Ramos en su equipo
Qué mala es la envidia. Todos los críticos de Sergio Ramos han saltado como hienas tras una acción del camero en Pamplona donde toca balón antes de golpear con los tacos a Rubén García. Si es verdad que le arrea en el tobillo, pero... ¡antes toca balón! Y aun así, se le tacha de violento. En cambio, cuando Sergi Roberto hace una entrada feísima sobre Aleña, sin opción de jugar el balón y sin tocarlo, no se le dice nada. Ni cuando Nacho Vidal arrolla a Valverde en un lance innecesario, sin querer disputar la pelota tampoco, nadie le tacha de violento. En fin. Pero lo peor de todo es que también hay quien dice que a Ramos se le permiten muchas acciones y sale impune en numerosas ocasiones, cuando el madridista es el jugador con más expulsiones en la historia de LaLiga. Algo que solo puede entenderse de una forma: envidia.
Cuántos quisieran tener a Sergio Ramos en su equipo. Un jugador que ama a su equipo, que se juega el tipo en cada acción, que encima tiene mucho gol como aquel cabezazo en el minuto 93 en Lisboa que cambió la historia del Real Madrid. No hay nadie como en él. Bendita la suerte que tenemos los madridistas, que otros la desean y hacen patente su envidia.