El Madrid no tuvo gol en el campo ni tampoco en el banquillo

23.02.2020 22:00 de  Diego Fuentes  Twitter:    ver lecturas
El Madrid no tuvo gol en el campo ni tampoco en el banquillo
Bernabeudigital.com
© foto de Antonello Sammarco/Image Sport

Dos empanadas del tirón dejaron al Madrid tiritando y sin corona. Si los blancos ya fueron funambulistas ante el Celta, el escurridizo liderato terminó perdiéndose entre los dedos anoche en el Ciutat de Valencia. Trencilla aparte -en el ojo del huracán con razón por su deficiente actuación-, el Real las fabricó de todos los colores...pero no tuvo maldad y fue complaciente con un mayúsculo Aitor, que añadió una nueva noche de confeti a su ya plausible temporada. La escuadra de Zidane gozó, atosigó, encerró y mostró un sosiego excesivo que se transformó en desasosiego en el tramo final. Benzema y Hazard volvieron a dar parte de su conexión inteligible a la que con destellos se une Marcelo, pero ni el francés ni el belga mostraron ojo clínico en sus dos citas frente al guardameta del campeonato. 

Al Real Madrid no le entraba y cuando quiso cerciorarse no llegó ni el toque de corneta. La lesión de Hazard y las desavenencias con Hernández Hernández helaron a un equipo que en el último tramo estaba en cuerpo pero no en mente sobre el verde. Prueba de ello fue el chupinazo de Morales, que cercenó a lo grande su nefasta racha en lo personal. El astro granota no marcaba desde el 31 de agosto y había sido suplente en los dos últimos partidos. A Paco López no le tiembla el pulso, pero que tendrán por Chamartín que son chamán para cualquier enfermo. Y para entonces, el recurso de Ramos como un '9' que nunca existió.

Si no había gol sobre el campo, menos aún en la banqueta. Con Bale y Jovic en la capital, Zinedine Zidane se plantó a orillas del Mediterráneo con Areola, Militao, Mendy, Lucas, Valverde, James y Vinícius como suplentes. O lo que es lo mismo, un portero, dos defensas, dos centrocampistas y dos extremos, pero ningún delantero. Y hubo para dar y regalar...pero Zidane volvió a pagar la falta de pólvora en la recámara.