El presente tiene nombre. Mientras tanto, el futuro ya tiene compañía

Bernabeudigital.com

El Madrid volvió a demostrar su grandeza bajo las estrellas de una noche europea. No desistió, tuvo paciencia y el resultado acabó siendo corto en relación a la superioridad y ocasiones de los blancos en la segunda mitad. Cristiano Ronaldo fue el mejor de la noche. Contra el Atleti ya demostró síntomas de mejoría, muy activo y con ganas de participar pero sin abusar. Pero anoche demostró una vez más de la pasta que está hecho el jugador, material de campeón, invites de leyenda. 

Cristiano cambió el partido. Provocó la segunda amarilla de Javi Martínez con media hora por delante. Se descolgó continuamente por izquierda y por derecha para acabar rematando en zona de nueve hasta que Carvajal lo encontró. Y más de lo mismo con Asensio para materializar la remontada y convertirse en centenario. 

Fue silbado, devaluado y le pusieron hasta el cartel de 'se vende'. Hoy el portugués nos da una razón más para entender su grandeza. Cuatro balones de oro y en busca de un quinto. Tres copas de Europa y en busca de una cuarta. Ronaldo no se esconde. Su historial muestra como crece cuando la situación se desvanece. Ha nacido para jugar en el Madrid, lleva el ADN impregnado. Raúl le pasó el testigo del siete y el de líder que compartido con Ramos, le hacen un jugador emblema. El presente tiene una edad y es consciente. Lo que no se entiende es su hambre cada noche dónde el escenario se crece.

El futuro ya tiene compañia. Marco Asensio tuvo media hora para demostrar su calidad. No eran minutos de la basura ni un rival cualquiera. Era el Allianz Arena ante el gigante alemán y en plena eliminatoria. Zidane se atrevió y Asensio respondió. Academico todo lo que hizo. Con lógica y cabeza. Suya fue la asistencia del 1-2. No hay que olvidar la fecha del día de ayer. En una semana donde Dybala, Mbappé y Dembelé marcaron y dejaron muestras del fútbol que se nos viene. Asensio no le hizo falta marcar. Exhibición del balear. El Madrid tiene un tesoro, lo hay que cuidar.