Isco, James y el cuento de nunca acabar para Zidane
Isco resurgió de sus cenizas contra todo pronóstico ante el PSG y se reafirmó en Mendizorroza, cosa que ha sorprendido a público del Bernabéu, de carácter ateo y con poca fé en eso de las resurrecciones. El malagueño, al que se daba por desahuciado y en busca de un nuevo destino ha vuelto a demostrar que es pura 'Magia' y que le sobra calidad para jugar cuando quiera y donde quiera. Un estilo muy similar al de James Rodríguez, amigo y compañero del de Arroyo de la Miel, que actualmente se encuentra lesionado y sin sitio en el equipo.
Pese a sus similitudes en el campo, o precisamente, debido a ellas, cuando uno de los dos jugones vive un momento dulce, el otro sufre del mal de ostracismo y lo ve desde el banquillo. Pocas veces se recuerda a los dos compartiendo momentos felices al mismo tiempo sobre el campo. Las dos caras de una moneda lanzada por Zinedine Zidane, que siempre ha visto la cara en Isco y la cruz en James. Ambos mimados por el Bernabéu, que ha vivido rachas buenas y rachas malas con cada uno de ellos pero que siempre desea verlos sonreir, porque, cuando ellos sonríen y juegan, el espectáculo está asegurado.
Tan contrarios y tan iguales que, cuando comenzó la temporada, James volvía con el cartel de estrella, más fino, más disciplinado y más trabajador mientras que Isco apuntaba a un banquillo eterno, condenado por Solari y continuado por Zidane. Sin embargo, la moneda se ha tornado de nuevo y ahora, mientras James está lesionado tras varias polémicas con su selección , Isco vuelve a ser el jugador determinante que opta a la titularidad en el equipo blanco. El cuento de nunca acabar comienza de nuevo, el espectáculo está asegurado.