La llegada del nuevo entrenador no debería de ralentizar los fichajes

Un club de fútbol está en siempre en constante actividad y más si cabe en pleno mes de junio donde ya se planifican todos los movimientos de cara al mercado estival. La marcha de Zidane pillo a todo el mundo a contra pie en el Real Madrid. Desde el presidente hasta los jugadores. Ayer France Football aseguraba que las conversaciones entre Sadio Mané, jugador del Liverpool, y el conjunto blanco estaban muy avanzadas. Era una petición realizada por el técnico francés, que por lo tanto ya había planificado la próxima temporada.

Quizás, la repentina salida de Zizou le ha generado un mal escenario al club presidido por Florentino Pérez. La lógica dice que las grandes decisiones deberían de ser consensuadas con el nuevo entrenador, pero eso no debería de pausar todas las operaciones que puedan estar en marcha.

El técnico que llegue debe de asumir que no gozará de la autonomía que tenía Zidane a la hora de confeccionar la plantilla. En enero, por ejemplo, vetó la llegada de Kepa y el inmovilismo del Real Madrid en las últimas ventanas de fichajes se produjeron con el fin mantener la armonía en un vestuario que lo ha conseguido absolutamente todo.

Desde el éxito siempre es más fácil reconstruir. De la mala actuación en Liga y Copa del Rey se ha tomado nota. El banquillo no tiene todavía dueño y es una decisión que puede alargarse durante varios días ante la falta de candidatos que convenzan. Ya llegó el verano y el resto de clubes trabajan a destajo. Muchos quieren cerrar las negociaciones antes del Mundial de Rusia. El Madrid, a contrarreloj para firmar un entrenador. El verano es largo y, adía de hoy, quizás tenga demasiados frentes abiertos como para no ir solucionándolos desde ya.