Zidane, la Champions League y su banquillo: todo pasa por ganar el Clásico. Una oportunidad histórica
Horas antes del sorteo de semifinales de la Champions, celebrado ayer en Nyon, Gianluigi Buffon fue preguntado por las aspiraciones de su equipo, la Juventus de Turín, de cara al tramo final del torneo continental. El italiano, tan sereno como cada vez que se coloca bajo el larguero, contestó que ellos mismos son quienes mejor lo tienen para llevarse el trofeo . El portero, al que sus casi 40 años le avalan un rato, confesó que la situación de los turineses en Liga, donde son líderes con una distancia de hasta ocho puntos con respecto a la Roma, podría resultar determinante de cara a las eliminatorias que están por llegar. Y a decir verdad, comparándolo con los otros tres equipos que permanecen vivos en la Copa de Europa, razón no le falta alguna. Por ello, este domingo, el Clásico, como todo Clásico pensarán algunos, vale mucho más que los tres puntos que, como todo partido bajo el recuento oficial, hay en juego.
El Real Madrid tiene ante sí la oportunidad de rematar el primero de los dos títulos que mantiene a su alcance. Muchos, ni se acordarán, cuándo fue la última vez que el equipo blanco llegó a estas alturas de la temporada con una situación tan favorable con respecto a la Liga y la Champions (con todos los respetos hacia el Atlético, claro). Por ello, ante el FC Barcelona, a Zidane le conviene no fallar. En primer lugar, por aquello de aumentar la distancia con respecto a los de Luis Enrique (pues además, conviene subrayar, todavía el Madrid sigue con un partido por disputar); en segunda instancia, no por ella menos importante, hace referencia a la moral de la propia plantilla, ya que no quedan más de 10 días para el primero de los enfrentamientos ante los rojiblancos; y por último, con aquello con lo que Buffon no pareció contar es con la segunda unidad que dirige el técnico francés. El Madrid, de largo, posee el mejor banquillo de los cuatro semifinalistas , mejor incluso que el del FC Barcelona, por lo que un triunfo en el Clásico, en un conglomerado de todo lo anteriormente dicho, permitiría a los blancos ampliar su ventaja, ganar puntos en lo psicológico y finiquitar el campeonato liguero con los suplentes más ‘seguros’ del continente, cuando el descanso (de los titulares) se antoje necesario.