Zidane quema a su línea de creación y difumina la 'segunda unidad'
El Madrid está fundido. El Girona y el Tottenham pasaron como ciclones por encima de los blancos en Montilivi y Wembley, respectivamente, en un corto espacio de 3 días. 11 kilómetros más recorrieron los 'Spurs' en una demostración de ímpetu y poderío físico ante un conjunto blanco que se mostró incapaz de ofrecer réplica, no solo ante los londinenses, teóricamente con más calidad que los catalanes, sino también ante el Girona. Las piernas no acompañan a la velocidad de pensamiento de los de Zidane.
La preparación física en el fútbol se destaca por los picos de forma, ya que es imposible mantenerse en un nivel alto durante todo el año. Así, Pintus y el equipo de preparadores físicos exprimieron a los blancos en el inicio de la campaña, donde ganaron con facilidad ante un duro Manchester United y aplastaron al Barcelona en la Supercopa de España. Un excelso sprint que ha dejado su sello en este nefasto mes de octubre para el Madrid, que acabó con una noche de Halloween en Wembley para perder la autonomía en pro de alcanzar un sorteo más ventajoso en los octavos de la Champions League. El Madrid ya no depende de sí mismo tras no poder ganar al Tottenham ni en Madrid ni en Londres. Gran parte de este funesto mes, que ha dejado al Madrid a ocho puntos de un Barça sin brillo pero eficaz a lomos de Messi y Ter Stegen, recae en la baja forma del trío de centrocampistas: Casemiro, Modric y Kroos. La línea de creación blanca, además de Marcelo, considerado un volante de creación y una vía de salida de balón limpia más, tienen la batería bajo mínimos. El fútbol de hoy en día es ida y vuelta y alto voltaje, y sin el físico, la calidad se ve mermada.
Modric ha jugado prácticamente todo en este mes de octubre, al igual que Casemiro. Únicamente de éstos, solo descansaron más Marcelo y Kroos, cuyo alarmente bajo pico de forma ha hecho de la banda izquierda del Madrid una autopista para sus rivales. Lo aporvechó Barragán en la victoria del Betis con el pase de gol a Sanabria. Maffeo bailó a Marcelo en Montilivi, y Trippier hizo lo propio en Wembley. Allí, el lateral blanco perdió 29 balones, un récord personal negativo. Los cuatro representan el maná del fútbol del Madrid, y lo notan los delanteros, que poseen menos ocasiones de gol y ven cómo, partido a partido, aumenta la frustración por no poder ayudar al equipo y aparecen los bloqueos. Mientras que Zidane 'quema' a su fuente de creatividad, Ceballos, siempre laborioso y con gran personalidad; Theo, pura energía, y Marcos Llorente, perfecto equilibrio ataque-defensa, se muerden las uñas en el banquillo. Además, los blancos han echado en falta los 'tres pulmones' y la potencia que insufla Mateo Kovacic desde la medular. ¿Falta de confianza en la segunda unidad?