¿Cómo combatieron los futbolistas las condiciones extremas del Mundial de Clubes?

El Mundial de Clubes 2025, disputado en el verano estadounidense, ha obligado a los futbolistas a enfrentarse a unas condiciones de calor intenso, con largos desplazamientos y una preparación física muy compleja. Ante las temperaturas superiores a los 35 ºC, una humedad sofocante y los partidos a mediodía para adaptarse al horario europeo, los equipos han activado estrategias profesionales para mantenerse en la mejor forma posible.
ESTRATEGIAS CONTRA EL CALOR Y LA ALTITUD
Los partidos a mediodía, con valores térmicos de más de 35 ºC y con sensaciones cercanas a los 40 ºC, han forzado la introducción de pausas de hidratación e intervalos térmicos durante los encuentros, con la exigencia adicional de extender los descansos en caso de que las condiciones alcancen valores peligrosos según el WBGT. Los jugadores se tienen que someter a una aclimatación previa, con sesiones de entrenamiento en entornos tan calurosos como Boca Raton (Florida), para inducir adaptaciones fisiológicas y protegerse del estrés térmico. Durante los partidos, los equipos están intentando mantener la piel fresca de los jugadores con toallas heladas, baños de hielo en los descansos y ventiladores en los banquillos. Los entrenadores también se están adaptando, con entrenamientos más cortos, tácticas algo más conservadoras y sustituciones orientadas al alivio térmico. Así, se trata de que los jugadores puedan dar el máximo esfuerzo posible, pero no en períodos demasiado largos, intentando evitar problemas relacionados con el calor, pero también con las lesiones.
REHIDRATACIÓN Y RECUPERACIÓN
Si la hidratación es esencial durante el ejercicio, en unas condiciones climatológicas tan adversas es aún más necesaria. Los protocolos actuales incluyen bebidas isotónicas con electrolitos, además del uso de crioterapia: baños fríos o criosaunas entre sesiones para reducir la inflamación muscular, además de vendajes fríos, ventosas y ventiladores portátiles.
En el plano nutricional, se añaden antioxidantes como la vitamina C, E, coenzima Q10, cúrcuma y extractos vegetales. Con la suplementación, lo que se persigue es mejorar la recuperación tras el ejercicio, reduciendo además el daño oxidativo propio de los esfuerzos más intensos.
Uno de los suplementos que está destacando es el Superóxido Dismutasa o SOD, una enzima intracelular fundamental que cataliza la dismutación del radical superóxido en oxígeno y peróxido de hidrógeno, actuando como una defensa primaria ante el estrés oxidativo. Los estudios efectuados hasta ahora han mostrado que los niveles elevados de SOD en sangre antes de la competición se asocian a una mejor capacidad antioxidante y un estrés oxidativo menor.
Además, las técnicas post-partido que están llevando a cabo los servicios médicos de los clubes están incluyendo masajes, electroterapia y crioterapia, con una nutrición rica en antioxidantes (más allá de los suplementos alimenticios empleados). Así, tratan de acelerar la reparación muscular, reducir la inflamación y prepararse para el siguiente desplazamiento que tengan que hacer, algo muy a tener en cuenta en este torneo, por las largas distancias que hay entre sedes: por ejemplo, Monterrey jugó su último partido de la fase de grupos en Pasadena (California, costa oeste), mientras que su partido de octavos de final se disputó en Atlanta (Georgia, costa este).
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