Ante la duda, Cristiano Ronaldo
Cuando Cristiano Ronaldo se empeña en seguir a la carrera por la Liga, ni los 415 días que se han pasado los sevillistas sin ver perder a su equipo en 34 partidos en casa, pueden frenar a la bestia que sigue encabezando la lucha por el pichichi con 42 goles en 35 partidos jugados, igualando a Quini con 218 goles en la historia de la Liga –eso sí, el portugués con 251 partidos menos- y superando a Di Stéfano (216) como segundo máximo goleador del Real Madrid en dicha competición. Con cinco años menos en España, ya lleva más hat-trick (25) que su perseguidor, Leo Messi (24). Asimismo, con los tres tantos en el Sánchez Pizjuán, el jugador del Real Madrid es el único que tiene en su haber el promedio goleador más alto de toda la historia, con 1,11 goles por partido. Pero, a decir verdad, lo que en cualquier parte del mundo sería objeto de adulación y pleitesía, en España es caldo de cultivo para debates y críticas inexistentes al poseedor de todos estos grandilocuentes registros. Como también es cierto que la exhibición del siete madridista no privó al Sevilla de jugarle de tú a tú al Real Madrid.
Tras el 0-2 en el marcador, a segundos del final de la primera mitad, Bacca redujo la distancia gracias al enésimo error infantiloide de un Ramos que volvió a ocupar la posición de mediocentro en el esquema de Ancelotti. En el tramo final del partido, y con 1-3 en el luminoso, Iborra puso de manifiesto los extraordinarios reflejos de Casillas para abroncar a los compañeros antes de que el balón durmiera en las redes de la portería, admirable. A pesar de todo, ni la nueva exhibición, que permitió puntuar de pleno al Madrid en espinoso feudo, librará a Cristiano de la generación de nuevas comparaciones, gestos, pitos y polémicas, adheridas a la carrera profesional del que los números coronan como grande incuestionable del fútbol mundial y del que el Madrid vuelve a aferrarse para encaminar al equipo hacia su segunda final consecutiva en la máxima competición europea.