Decíamos ayer
Es hora de recapitular: la época prediluviana suena más cercana que la liga pasada. El periodismo de Sálvame ha aprovechado período este períoso de entreguerras para loar al nuevo técnico del Madrí antes incluso de haber firmado, Carlo Ancelotti, el encargado de entrar en la casa blanca, abrir ventanas y puertas para que entre aire nuevo, bajar al sótano para desatar de una silla de madera vieja a Casillas, que se encontraba secuestrado por un tirano. Con aspecto desaliñado y abundante barba al más puro estilo Nicholas Brody cuando fue hallado en Irak.
Mou OUT y Carletto IN, comenzaba una nueva era el Madrí que fue aplaudida por todo el periodismo patrio. Llegaba el pacificador, el entrenador domado por Berlusconi, el "Del Bosque" italiano. Loas por doquier al nuevo míster tras una pretemporada ilusionante con buenos resultados y donde, según los entendidos, se vislumbraba la mano del nuevo míster . Más elogios a la nueva política de fichajes, gente joven y con proyección. Se repetía cada día como un mantra más a añadir a una larga lista.
Por fin llegaba el 18 de agosto, día marcado en rojo en el calendario desde hacía tiempo porque por fin debutaba el Madrí en liga. A eso de las 18h00, los fieles trabajadores del Ministerio de la Verdad empezaron a dar por buena una filtración interesada (?) en la que Casillas estaría bajo los palos. Desde la costa oeste americana se podía escuchar el ruido de botellas de champagne descorchadas en varias redacciones de periódicos y estudios de radio.
De repente salta la sorpresa, que digo, el sorpresón en mayúsculas. Se confirma la alineación y el titular en la portería sería Diego López. En eso momento, me vino a la memoria una portada del diario AS del último partido de pretemporada. En su portada del partido contra el Inter, se hablaba que jugarían los suplentes y el primer nombre en aparecer era el de Diego López.
Nos complace comprobar que nuestro entrenador no se ha doblegado a la prensa, ha soportado la presión a la que fue sometido y ha elegido al mejor en cada puesto porque lo fácil hubiera sido poner de titular al "mejor portero del mundo". Es agradable comprobar que no sigue la moda del bienquedismo, tan presente en nuestros días. Meritocracia por encima de símbolos.En la camiseta, lo importante es lo que va delante (escudo) y no lo que va detrás (nombre de jugador).