Entonces nací
El madridismo, aquí en Cataluña, se alegra hoy más que nunca de que el Real Madrid ya haya marcado 50 goles esta temporada. Y es que amigas y amigos seguidores merengues, los blancos promedian más de tres tantos por encuentro.
Qué feliz me hace sentir que el Real Madrid ya haya llegado al medio centenar de goles esta año deportivo. Lo hizo con los tres tantos marcados en el encuentro de Champions en Varsovia. Kovacic, autor de la última diana frente al Legia, firmó el gol 50 del equipo de Zidane en lo que va de campaña. El promedio es de 3,12 en los 16 partidos oficiales disputados hasta el momento. Por competiciones, el Real Madrid lidera la Liga con 28 goles a favor en 10 jornadas. En Champions, suma 12 en cuatro partidos. La lista se completa con los 7 tantos marcados en la Copa del Rey ante la Cultural Leonesa y los tres que sirvieron para conquistar la Supercopa de Europa contra el Sevilla.
De esta cifra tan brillante, hoy quiero destacar la progresión exponencial de Kovacic. Centrocampista con una calidad técnica incuestionable, destaca en el manejo del balón, el regate y el pase al hueco. Puede jugar tanto de mediapunta como un poco más atrasado, donde sus altos porcentajes de pases acertados son un seguro para mover al equipo. Además, es capaz de marcar goles desde su posición, como demostró contra los legionarios de Polonia. Un acierto, pues, rotundo traer este a internacional absoluto con Croacia, donde despuntó como una de las grandes perlas del fútbol de su país, al debutar con el primer equipo del Dinamo de Zágreb con 16 años. Allí consiguió dos dobletes consecutivos de Liga y Copa, antes de llegar a Italia y convertirse en una pieza clave del Inter.
Un futbolista preparado ya para estar entre los mejores. Un dorsal, el 16, que ya va brillando con estilo propio. Y es que como dijo el saxofonista y compositor estadounidense de jazz Charlie Parker, y llevando la comparación de Kovacic al terreno de la música, "me di cuenta que usando las notas agudas de los acordes como líneas melódicas, y usando correctamente la progresión armónica, podía tocar lo que escuchaba adentro mío. Entonces nací".