Ganas de callar bocas
El madridismo, aquí también en Cataluña, se alegra hoy más que nunca de tener un Real Madrid con un Cristiano que se ha mostrado muy acertado en las visitas al Camp Nou.
Y es que amigas y amigos merengues la racha comenzó en la campaña 2011/12, cuando los blancos visitaron al Barcelona en Supercopa, Copa y Liga y Cristiano marcó un gol en cada partido. En la siguiente temporada se repitieron estos tres enfrentamientos y el portugués hizo un tanto en la Supercopa y sendos dobletes en Liga y Copa. El único partido de esta serie en el que Cristiano no vio puerta fue el Clásico liguero de la campaña 2013/14. Sin embargo, dio la asistencia del gol de Jesé. Y en la última visita al Camp Nou, en marzo de 2015, envió al fondo de la red un taconazo espectacular de Benzema.
No cabe duda que el astro portugués llega, de nuevo, con ganas de demostrar que es el mejor. Con ganas de callar bocas. Las continuas faltas de respeto se corrigen y se castigan con fútbol y señorío, y los merengues estamos convencidos que así va a volver a ser en el estadio donde se lleva más improperios y que sigue sin ser sancionado por ello.
Cristiano habla en el campo como el jugador 2.0 que es. Una evolución del ser humano plasmada en el terreno de juego. El comandante, a lo largo de su carrera profesional, ha conseguido batir diversos récords. Entre ellos se destacan ser el único jugador en ganar cuatro Botas de Oro, ser el máximo goleador histórico de la selección de fútbol de Portugal (55) o el máximo goleador histórico de la Champions League (91), competición en la que también posee los récords de más goles en una edición del torneo —17 goles en 11 partidos (2013/14)— y de más goles en una fase de grupos del torneo —11 goles en 6 partidos (2015/16)—. Es además el madridista que menos partidos necesitó (92) para alcanzar los cien goles en el campeonato nacional de Liga, el primer futbolista en la historia de la competición que consigue marcarle a todos los equipos a los que se enfrentó en una temporada, el único futbolista capaz de marcar en seis Clásicos consecutivos, o el único en anotar en seis visitas consecutivas al Camp Nou, estadio de máxima rivalidad para los blancos.
Como dijo Carbayobski, "responder a lo obvio es alimentar la estupidez del que pregunta".