Manhattan es blanca y de Ancelotti
Hace unos meses, cuando llamé a esta columna 'Blanco Manhattan', sabía que en este preciso momento estaría escribiendo estas líneas desde la capital del mundo. Ahora, tras apenas 10 días por la ciudad de los rascacielos, he podido comprobar que si hay un color que predomina en lo que a fútbol (soccer) se refiere, es el blanco. He podido disfrutar la pasión por el Real Madrid junto con la Peña Madridista de New York y si me permitís querría plasmar esta semana algo de su sentir a casi 6.000 km de distancia.
Tras ver con ellos tanto el derbi, con un ambiente que hacía años no disfrutaba (ni siquiera en España), como el plácido encuentro ante el Levante, y tras hablar con varios madridistas 'del otro lado del charco', casi que ellos mismos han reunido su sentir en una columna de opinión y además sobre uno de los temas que ya he tratado en este espacio y de los cuales he tenido que rectificar con el paso de las semanas.
Si hay algo que me ha llamado la atención y en lo que coinciden la mayoría de los aficionados blancos en la Gran Manzana es en la satisfacción reinante con Carlo Ancelotti, salvo por algunos accidentes a la hora de hacer las alineaciones defensivas en partidos importantes. 5 meses atrás, escribí que no habría turrón para los tacaños, de hecho, realmente llegué a pensar que Ancelotti podría pasarlo muy mal antes de Navidad. Carleto ha terminado ganándome, al igual que a los neoyorkinos, porque ha conseguido que su equipo juegue a algo y ha hecho mejores a los jugadores que ya tenía, bien motivándoles o reubicándoles.
Los madridistas de NYC alaban especialmente la sencillez de su entrenador, su capacidad para esquivar las preguntas envenenadas de la prensa deportiva española y con esto, la importancia que deja para los que venden entradas, camisetas y ganan títulos, los jugadores. Como me comentaron el pasado domingo, el italiano ha dejado que Cristiano gane sólo su tan merecido Balón de Oro sin hacer propaganda gratuita, está entrenando al mejor Benzema que han visto por el Bernabéu, ha conseguido que Di María sea indispensable que Modri? sea el pulmón del equipo y ha sabido llevar como un maestro el dilema de la portería, dejando claro que el que manda es él, no las amistades de la prensa o los contratos publicitarios, al menos hasta el momento.
Los madridistas de New York están muy satisfechos con Carlo Ancelotti a falta de que lleguen o no los títulos, pero sobretodo están a muerte con su equipo cada semana, juegue quien juegue y sin que nadie les cree una opinión diferente. En la Manhattan blanca sólo hay fútbol.