No me gustan los topos
Uno escribe estas líneas desde el debate interno moral entre madridismo y periodismo. Quizás no exista tal duda, ya que uno nace madridista, mientras que lo del periodismo es algo circunstancial, incluso temporal seguramente, como muchas otras en esta vida. El madridismo se lleva dentro, no se puede rechazar ni cambiar, más que nada porque una vez que lo has sentido, no hay nada mejor. Por ello, el corporativismo barato de cuchillo y tenedor en otra ventanilla, aquí solo se defiende al Real Madrid.
Llama la atención que un periódico deportivo sacara en portada el pasado 5 de septiembre la noticia de que Casillas sería el portero titular en Champions. Una noticia que solo puede nacer de la filtración de dos personas, del propio guardameta o de Carlo Ancelotti. No, no hay ni una pizca de envidia profesional en esta exclusiva. No, porque antes que cualquier logro profesional está el rechazo que uno siente al servilismo y a los tratos de favor, así como a los topos que tienden a enmierdar lo que uno siente como suyo -en este caso el Real Madrid-.
Pero para hablar de topos -tan de moda últimamente-, vayamos al diccionario de la RAE y leamos la segunda acepción de dicha palabra, que dice lo siguiente: Persona que, infiltrada en una organización, actúa al servicio de otros. Es decir, el Madrid tiene a una persona en nómina que trabaja al servicio de la prensa a cambio de diversos tratos de favor. Si esto es así, como parece ser por las informaciones publicadas, mañana mismo debería estar en la calle. Da igual cómo se llame y el cargo que ostente. Fuera.
Y es que el vestuario es sagrado, pero más aún lo es la estabilidad de una instituación como el Real Madrid. No se puede estar pendiente día sí y día también de los dimes y diretes de un personajillo. Lo de esa portada del 5 de septiembre no es un trabajo de investigación, es simple y llanamente el pago que realiza el topo en cuestión a un medio de comunicación. No es un trabajo de premio Pulitzer, más bien al contrario, es un trabajo de 'premio Chuletón'.
Es imposible hablar sobre la relación entre la prensa y el Real Madrid sin que se venga a la cabeza la persona de José Mourinho. El luso fue la persona que con más ahínco ha luchado contra el cuarto poder -que en el caso específico de la casa blanca anhela ser el primer y único- desde la época de Santiago Bernabéu. Ese desgaste y las sublevaciones en el vestuario terminaron con una época mágica, muy dura también, pero en la que la intensidad y la pasión fueron las protagonistas. El mourinhismo nos enseñó a respetar las decisiones del entrenador por encima de gustos y simpatías personales. Es por ello que Casillas será el portero de todos los madridistas el próximo martes. Y es por este motivo también, que al que escribe, no le gustan los topos. Florentino, ya está tardando, comience de una vez la cacería.
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