Puertas abiertas
Era conocido, porque no se había hablado de otra cosa, que el partido sería con el estadio cerrado y sin apenas público. Sin embargo, la sorpresa que tenía preparada el Real Madrid en Varsovia fue las puertas abiertas hacia su portería. Nadie defendió, los centrales miraban y hasta Keylor Navas se convirtió en invisible. Todo esto mezclado con una gran dosis de desidia dio como resultado un sonrojante empate que no complica en exceso la clasificación pero sí la primera plaza del grupo. Lo único positivo que sacó el conjunto blanco del Stadion Wojska Polskiego es que sigue dependiendo de sí mismo para ganar la batalla al Dormtund, algo que ya tenía antes de semejante ridículo.
Lo del Real Madrid nunca han sido los centenarios y ante el Legia Varsovia se volvió a demostrar. Zidane sufrió su particular centenariazo en el banquillo, el del Dépor ya lo vivió como jugador. Cumplió el francés los cien encuentros como técnico de la peor forma posible: con una 'versión benitizada' y el equipo partido en dos ante la falta de un tercer centrocampista y la escasa intensidad mostrada por todos sus hombres. Un jarro de agua fría y una llamada de atención para el actual campeón de Europa, que quiso pasearse por Polonia y casi sale en crisis. El Madrid ganó y perdió el mismo encuentro. Del 0-2 a una remontada de un equipo débil y que vivió del acierto con la colaboración de la defensa y de un Keylor Navas que no ha vuelto, mejor dicho ni se ha acercado, al nivel de la pasada campaña.
Tampoco pudo tener un centenario feliz Cristiano. El gol 100 del luso en Europa tendrá que esperar. Se lo guardó para otra ocasión, quizá para hacerlo en Lisboa y celebrarlo en el José Alvalade. Mejor así. Tampoco se merecía un estadio vacío y en un partido tan vergonzante como loco. El destino y Cristiano se llevan bien y sería una forma bonita de conseguir esa cifra redonda de tantos. Siempre hay que mirar el lado positivo de las cosas y quizá esta sea una de las pocas de lo que fue un triste empate ante el Legia Varsovia.
Urge recapacitar y ponerse manos a la obra. Desde 2008 no recibía el Madrid goles en diez partidos consecutivos. Todos, incluido Zidane, deben encontrar soluciones y ponerles puertas a ese campo abierto que se ha convertido el área blanca. Si en la previa reconocía estar molesto por esta circunstacia, ahora debe estar que fuma en pipa con sus jugadores. En definitiva, una noche de terror en Varsovia. Un Halloween retrasado con una defensa de miedo. Perdón, que da miedo.