Ramos sí, pero no a cualquier precio
Comienza el verano y con él, los incesantes rumores de mercado. Jugadores que vienen, jugadores que salen y jugadores que negocian sus renovaciones. En esas tres categorías, el Madrid es el gran animador del mercado. De Gea, Casillas y Ramos son los tres nombres principales de este mes de junio. El primero, porque no termina de cerrar su traspaso con el club blanco, el segundo, porque aún no ha entendido que su etapa en Chamartín se ha terminado, y el tercero, y aún peor, porque mantiene un pulso con el Madrid por su renovación.
Todo el madridismo le debe a Ramos su gol en Lisboa. Quizá por eso el de Camas está tan cerrado a la hora de negociar su contrato. Los que están cerca de su entorno aseguran que pide 10 millones limpios por temporada, una cifra a la que el Madrid no está dispuesto a llegar. El problema no está en que Florentino no quiera pagarle esa cantidad, sino en que Ramos no esté dispuesto a negociar ni a rebajar ni un céntimo su propuesta.
Por si eso fuese poco, su hermano y agente está dejando caer en los principales medios que equipos como PSG o el United están interesados en su fichaje. Sinceramente, flaco favor le está haciendo a su hermano el querido René. En todos los años que lleva en el Madrid, Ramos podría haber tomado nota de jugadores como Özil, Di María o Higuaín, jugadores que tensaron la cuerda con el club y que demostraron tener más interés en el dinero que en jugar en el mejor club del mundo. ¿Dónde están ahora esos cracks? El primero, en el Arsenal, sin competir ni por la Liga ni por la Champions prácticamente desde marzo y celebrando los títulos del Barcelona. El segundo ha terminado su primera temporada en el United, y siendo elegido como uno de los peores fichajes de esta temporada de la Premier. El tercero, en Nápoles, luchando por la Europa League y soñando con salir rumbo a otro gran equipo. Tres jugadores que tiraron su carrera por la borda por presionar al Real Madrid o por confiar en unos familiares más empeñados en llenar sus bolsillos de fajos de billetes que de títulos.
Ahora Ramos tiene que preguntarse si quiere seguir luchando por todos los títulos o prefiere engordar su cuenta bancaria y pasarse los últimos años de su carrera compitiendo por la FA Cup o la Copa de Francia. El sevillano tendría que recordar que es quién es gracias al Real Madrid. No al revés.