Se echaba en falta un Real Madrid con sangre en las venas
La primera gran tarde de Xabi Alonso como entrenador del Real Madrid. Tras el bochorno en el Metropolitano y la goleada en el Mundial de Clubes sufrida a mano del PSG, el tolosarra afrontaba su primera semana grande como entrenador madridista bajo lupa. Y lo ha solventado con dos victorias por la mínima, 1-0 ante la Juventus y 2-1 contra el Barcelona. Y sobre todo con la sensación de que este equipo tiene aún mucho, muchísimo margen de mejora.
La primera parte de hoy era para habernos ido al descanso con un 5-1. Pero, de nuevo, un arbitraje lamentable y la falta de puntería dejaron vivo a un Barça que creció en la segunda parte. Mbappé pudo haber matado el choque, pero erró desde los once metros. Aún así, nueva exhibición del parisino, que mantiene su idilio con el gol. La mejor noticia fue, sin duda, un Bellingham que volvió a ser Bellingham. Partidazo el suyo, coronado con gol, asistencia y un penalti provocado. Vinicius volvió a ser un terremoto, pero puso la nota gris de la tarde con su enfado por su sustitución. Justificado o no, eso lo valorarán ustedes.
Un clásico que tuvo de todo y que terminó con tangana. Por fin este Real Madrid demostró tener algo de sangre y los jugadores terminaron el encuentro encendidos, recriminando a Lamine Yamal sus lamentables declaraciones días atrás, y celebrando el triunfo con el Santiago Bernabéu. Mucho que corregir, especialmente en esa segunda parte, pero en el mundo del fútbol solo se tiene tiempo si los resultados acompañan. Y a Xabi no cabe duda de que le están acompañando.