Una colecta para Casillas

07.07.2015 13:04 de  Jorge Calabrés  Twitter:    ver lecturas
Una colecta para Casillas
© foto de Jorge Calabrés

Iker Casillas está a un paso de fichar por el Oporto. Unos flecos de 8 millones de euros por año es lo que separa al guardameta de continuar su carrera en Portugal. El equipo luso, conocedor de la situación entre el portero y el Real Madrid, juega sus cartas y presiona para incorporar al internacional español casi gratis. Mientras, el todavía capitán no perdona un euro y exige que sea el club blanco el que pague el resto de su ficha. Una nueva lección de madridismo ante la que ha sido su casa en los últimos 25 años. 

El Real Madrid siempre pierde. Pierde con Casillas y pierde con Ramos. En el caso del portero, la Asociación de Periodistas Amigos de Casillas exige que la entidad madrileña respete los dos años de contrato firmados en la extravagante y terrorífica época calderoniana. Un guardameta que quiere jugar en el Oporto cobrando del Madrid. Una ofensa ante la buena voluntad mostrada por Florentino Pérez para llegar a un acuerdo. Y en el culebrón de Ramos más de lo mismo, aunque en este caso son Los Reneítos los que no respetan el contrato firmado por el central y reclaman una renovación por 20 millones de euros al año sí o sí. Una curiosidad, algunos ilustres nombres son miembros de los dos clanes. 

Sonroja con la facilidad y poca vergüenza con la que se pide a un entidad privada una indemnización millonaria para un trabajador que quiere cambiar de empresa. De acuerdo que el fútbol es sentimiento, mucho más que un negocio, pero precisamente por eso son los socios del Real Madrid los únicos que tienen la potestad de exigir decisiones de tal magnitud al presidente. 

Así las cosas, la solución a este embrollo puede ser sencilla. La Asociación de Periodistas Amigos de Casillas deben realizar un último acto de servicio en beneficio de la felicidad del guardameta e iniciar una colecta para pagar los más de 15 millones de euros que reclaman a los socios del Real Madrid. Una forma leal de despedir a un amigo y asegurar su futuro los próximos dos años. Además, no tocarían a mucho por barba al tener un gran número de asociados. Todos contentos y aquí paz y después gloria.