Y que Modric tuviese haters...

24.09.2015 18:19 de  Ángela Castañeda   ver lecturas
Y que Modric tuviese haters...
© foto de Ángela Castañeda

Siempre se ha hablado de San Mamés como La Catedral del fútbol y ayer invitaron a un doctor en la materia. Luka Modric dio una auténtica clase magistral ante miles de aficionados y, además, antimadridistas. Un deleite para todos los vikingos, un placer ver como un jugador que tantas críticas cosechó a su llegada al Madrid -muchas de ‘expertos’ y tantas otras de gente que ni siquiera le había visto jugar- ha hecho él solito que todos sus haters desaparezcan o se queden en sus agujeritos.

Cuando llegó al Bernabéu,  allá por 2012, muchos se preguntaban que teniendo a Sahin, ¿por qué Modric? Pudiendo fichar a Cazorla, ¿por qué Modric? Pudiendo confiar en un canterano, ¿por qué Modric? Parece un mal chiste, pero es cierto, muchas son los que dudaban de Luka al principio, y más cuando un tal José Mourinho afirmaba que todos se rendirían a sus pies.

Dudaron de si era un jugador para el Real Madrid, se cuestionaron si su precio era excesivo, no le veían como un buen mediocentro para el equipo blanco, y ahora pocos se imaginan al equipo rey sin este superlativo centrocampista.

El croata es innegociable, incuestionable, insustituible. Cada vez que se duele a todos se nos para un poquito el corazón y es que en el recuerdo está el largo fin de temporada el curso pasado, cuando se comprobó más que nunca que Modric solo hay uno y que el Madrid es otro sin él. Es el mago blanco, el que defiende y ataca y nunca se cansa. El que se ofrece y acompaña las jugadas, el mejor socio para aligerar el juego. Bajo su batuta, sus compañeros son mejores, les hace aún mejores de lo que ya son. Se ha convertido para la mayoría en el mejor centrocampista de la liga española, aunque para a mí este ‘título’ se le ha quedado pequeño.