Opinión

La primera decepción de Xabi Alonso, pero la enésima de los jugadores

La primera decepción de Xabi Alonso, pero la enésima de los jugadoresBernabeudigital.com
Xabi Alonso, Real Madrid
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Oggi alle 21:30Portada
de Miguel Ángel Burgos Martín
La opinión del redactor, Miguel Ángel Burgos, tras la dura derrota y debacle del Real Madrid ante el Atlético de Madrid en el derbi

El Real Madrid ha caído por primera vez en la temporada. Aunque lejos de fijarme en el marcador, que es doloroso, me quiero centrar en las sensaciones y en ciertos mensajes indirectos. Xabi Alonso había llegado con el puño de hierro, dando a entender que quien no estuviera al 100%, no jugaría. Y hoy, desde mi punto de vista, ha tirado por la borda ese mensaje dado durante varios meses. Jude Bellingham volvía a la titularidad en un momento donde no había que experimentar, y ese fue el principio del caos. 

FALLO A UNOS PRINCIPIOS

Evidentemente, no solo es culpa del inglés, pero el mensaje que quiero transmitir es muy claro: no habiendo prisa por meter a Bellingham porque de momento todo estaba funcionando, Xabi lo tocó sin sentido. Se le notaba fuera de ritmo y perdido en el campo. En ausencia del '5', el tolosarra había encontrado con Mastantuono en derecha y en Güler por dentro, un sistema sobre el que hacer brillar al equipo, y en cierta manera no forzar un regreso con riesgo del británico. Más allá de eso, Xabi Alonso se equivocó en los cambios, quitando al más inspirado, Güler, y en la manera de entender el partido. Pues el doble pivote Valverde-Tchouaméni volvió a dejar dudas. 

Es la primera vez que salgo decepcionado con el técnico vasco. Pero siendo críticos con el artífice de la persona que les ha llevado al primer puesto en este inicio de temporada, también hay parte de culpa en algunos jugadores, que llevan año y medio viendo como cada equipo grande les pasa por encima con facilidad. Algo que he comentado desde hace meses. Pues necesitando un cambio en el banquillo, hay ciertas cabezas que deben sacar su personalidad a relucir. Ahora es momento de coger el toro por los cuernos y espabilar. Si no, será imposible.