LaLiga no se va a decidir este fin de semana
El Barça ha sido el primero en descarrillar en el pulso psicológico que los culés y el Real Madrid mantienen por el trono de LaLiga. Los hombres de Quique Setién son líderes con tres puntos de ventaja, o lo que es lo mismo, han dejado a los blancos con la posibilidad de asaltar la cima si ganan en San Sebastián, palabras mayores cuando se trata de un equipo que saldrá como un sabueso para mantener vivas sus opciones de pelear por los codiciados puestos Champions.
El Real Madrid tiene ante sí el desafío cortoplacista de hacer bueno el resbalón blaugrana con una victoria en Anoeta, pero ni así se habrá acabado ni mucho menos un campeonato abocado a decidirse en las fechas postreras si ninguno de los dos se deja ir. Con un calendario constreñido y después de varios meses sin comparecer, cuesta imaginar que los dos transatlánticos sean capaces de sacudirse a sus rivales con triunfos de aquí al epílogo, máxime cuando la gran mayoría de tropas se están jugando el pan en estas jornadas de ocaso. Si el Madrid triunfa en San Sebastián -premisa que, no olvidemos, debe darse para que haya un cambio de as-, los de Zinedine Zidane habrán completado parte del objetivo, pero aún así quedarán ocho encuentros en un intervalo récord para ver quien cruza antes la meta. El Real debe abstenerse de la presión y no verse ni líder ni campeón antes de tiempo, ya que es ahí donde podría dimitir en su vetusto deseo de volver a ser rey en una liga no apta para miocardios sanos que podría decidirse en la diferencia particular.