Paso atrás del Real Madrid Femenino
El 2023 se presentaba como un año importante para la evolución del Real Madrid Femenino. Todo parecía indicar que sería así. Los resultados del conjunto blanco le consolidaban como el segundo mejor equipo de España solo por detrás de un FC Barcelona al que cerca estuvieron de superar a principio de año en la Supercopa de España. Se resistió el triunfo ante el conjunto cule, pero los resultados del equipo blanco en las diferentes competiciones, sobre todo en la Liga F, confirmaban el crecimiento del proyecto liderado por Alberto Toril.
La buena dinámica de las madridistas les permitía conseguir una meritoria segunda posición en la Liga F y soñar con el primer título en la Copa de la Reina. A pesar del trágico final y la oportunidad perdida en la competición copera, las bases parecían estar puestas para seguir trabajando durante el verano y que proyecto continuara creciendo en la nueva temporada.
El 4-2-3-1 de Toril como principal seña de identidad, la combinación de jugadoras jóvenes y veteranas o contar con parte importante del grupo de futbolistas españolas que se proclamaron campeonas del mundo con la selección el pasado mes de agosto era parte de la carta de presentación para la nueva campaña.
MALA DINÁMICA Y DUDAS
El inicio de la nueva temporada quedaría marcado por la lesión de Weir. Con una sola jornada de la Liga F disputada, la jugadora escocesa sufría una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda en un partido con su selección. El Real Madrid perdía a su gran estrella. Alberto Toril parecía encontrar diferentes soluciones para suplir la sensible baja de Weir y arrancaba con una buena racha en liga y consiguiendo la clasificación para la fase de grupos de la Champions al superar la previa.
Sin embargo, el buen inicio de temporada se vería empañado por los malos resultados que empezarían a llegar a finales de octubre con la derrota ante el Levante en el Di Stéfano. Además del resultado adverso, las sensaciones ante el conjunto granota no fueron buenas. Podía parecer un episodio aislado, pero semanas después llegarían los peores partidos del Real Madrid y rachas negativas que generarían muchas dudas.
Las derrotas ante el Häcken y el París FC acababan con las opciones madridistas en Champions a pesar de tener un grupo en el que se presentaban con mayor cartel que sus rivales. A lo que había que sumar la goleada encajada ante el Barcelona y el encuentro perdido ante el Sevilla en la Liga F.
Los resultados y el rendimiento del conjunto blanco en estos últimos meses son completamente opuestos a lo que se había visto en la primera mitad del año y a lo que se esperaba para la nueva temporada, lo que incluso ha agitado el ambiente en las gradas del Di Stéfano con parte de la afición madridista pidiendo la dimisión de Toril en los últimos partidos del año.
Si bien es cierto que el Real Madrid ha sufrido numerosas lesiones de jugadoras importantes, más allá de la de Weir, que han condicionado las últimas semanas de competición, la temprana eliminación en Champions, la fuerte competencia en la Liga F para estar entre los tres primero y, sobre todo, la dinámica del equipo madridista, no son síntomas de la evolución que debería llevar el conjunto blanco en la presente temporada.