A por el derbi, pero sin excusas
El derbi madrileño llega demasiado pronto, sin que apenas se haya podido saborear más que unas cuantas pinceladas en lo que va de Liga. Un enfrentamiento tempranero, pero con la final de Champions y la Supercopa de España como últimos precedentes aún en la retina.
Es ya una tradicion propia de estas fechas escuchar a técnicos y jugadores emplear excusas como "esto solo acaba de empezar", “el equipo necesita más rodaje", "precisamos que las nuevas piezas se vayan adaptando". Y sí, todos estos topicos tienen su parte de verdad y -sin desmerecer a ningún conjunto- un Rayo Vallecano o un Getafe se pueden permitir escudarse detrás de dichas afirmaciones. Sin embargo, todas estas oraciones en boca de cualquier persona relacionada con el mejor club del mundo se considera un poco -por decirlo suavemente- pretencioso.
Tras la debacle de Anoeta, Iker Casillas habló como se espera de cualquier jugador que defiende este escudo redondito y con una corona en su parte superior. Un club con diez Copas de Europa en sus vitrinas y referente de la elite de este deporte no puede permitirse saltar al césped sin la mejor de las actitudes y sin la palabra enamorar - a la par que ganar- entre ceja y ceja. Si Florentino Pérez ha realizado una incuestionable gestión económica y deportiva en los despachos de Concha Espina reforzando al plantel con grandes jugadores -qué facil juegas a esto, Toni- es casi una exigencia que el templo madridista acoja casi cada encuentro auténticas exhibiciones de balompié. Bien es cierto que los jugadores son personas, las personas fallan, los mejores también, y eso esta permitido. Lo que no transige ningún madridista son pretextos y evasivas que no deben tener cabida en un vestuario con jugadores tocados por una varita mágica.
Real Madrid, no falles. Y si fallas, apechuga, aprende, pero nunca te excuses.