De Casemiro me fío
Poco más de dos meses de temporada han dejado clara la importancia de ciertos jugadores para el Real Madrid. Keylor ha acabado con la sombra de Casillas y ha puesto en duda a los que aseguraban que el año pasado estaba en peor forma que el actual portero del Oporto. Varane sigue demostrando que es uno de los cinco mejores centrales del mundo y que ya ha dejado atrás los problemas de lesiones. James ha dejado claro que es intocable e insustituible en este Madrid, a pesar de que la prensa le haya criticado a más no poder por ser fichaje de Florentino. Sin embargo, si hay un jugador que ha destrozado todos los registros ése ha sido Casemiro.
El brasileño ha destapado el tarro de las esencias en este comienzo de temporada y ha dejado claro que es el jugador adecuado con el que ir a la guerra. El centrocampista ya lo demostró hace dos temporadas en Dortmund, cuando en apenas 10 minutos acabó con el espíritu de remontada de los de Klopp y puso seriedad y control a la medular madridista. A pesar de ese gran partido, la temporada pasada se la pasó de Erasmus en Oporto, donde terminó por convertirse en un guerrero. Su ausencia la notó el Madrid, en especial tras la lesión de Modric y los últimos meses de campeonato.
Este verano, llegó Benítez y lo primero que hizo fue pedir el regreso de Casemiro. No quería un galáctico ni un jugón para el Madrid, sabía que de lo que carecía el club blanco era de un jugador que fuese al choque, de alguien que cubriese la espalda a Kroos y diese salida al balón. En definitiva, de un Makelele pero evolucionado. Ahí es donde ha aparecido Casemiro estos dos meses. La lesión de Modric puso patas arriba a la afición blanca, sabedora de lo que ocurrió la temporada pasada sin el croata, pero a diferencia de entonces, el carioca ha cumplido a la perfección y ha dominado en plazas tan importantes como la del Calderón o el Parque de los Príncipes, precisamente lo que se echó en falta el curso pasado con Illarramendi. Hoy, el donostiarra está en LA Real, habiendo desperdiciado su gran oportunidad. El brasileño, por su parte, está en EL Real, despejando dudas sobre su fichaje y convenciendo con su juego, su lucha y su coraje no solo a Benítez, sino a todos los madridistas.