Nos lo volvieron a explicar
El Real Madrid estuvo frente al Liverpool con una versión bastante lejana a la vista anteriormente en otros encuentros. La incógnita de si se podía competir en grandes partidos se resolvió ante el Barcelona, pero ahora estaba la duda de si se podía ganar en grandes estadios. Y la realidad es que la imagen dada el pasado martes, no fue la adecuada para poder dar un golpe encima de la mesa. No fue ni un baño, ni una humillación, pero sí que nos lo volvieron a explicar.
No sentí que el Liverpool hiciera el partido de su vida, y que nos encerrara o dominara durante todo el encuentro. Sí que fue superior y creo que mereció ganar incluso por más goles, pero la realidad es que el Real Madrid fue poco inteligente a la hora de preparar y de afrontar el partido. Muchos errores individuales y faltas al borde del área. Algo suicida, porque con un lanzador como Szoboszlai, al final se generó mucho peligro sobre la portería de Courtois, que hizo un milagro encajando solo un gol. Realizó tres o cuatro paradas espectaculares, pero la realidad es que todas y cada una de ellas vienen por problemas o a balón parado. Encima, los cambios de Xabi Alonso para cambiar esa dinámica fueron realmente malos.
¿ESTAMOS AL NIVEL DE LOS MEJORES?
Además, lo más preocupante es que en el poco control que tuvo el Real Madrid en el primer tiempo, tuvo la posesión y la pelota, pero en ningún momento amenazó con hacer daño. En el segundo tiempo, la imagen fue totalmente diferente, pues el Liverpool apretó un poco más al equipo de Xabi Alonso, y cuando este tenía que empatar o buscar un gol, le volvió a faltar mordiente y valentía. Hay que intentar transportar lo que vimos ante Barcelona y Juventus en el Bernabéu a este tipo de partidos fuera de casa. Aunque de momento da la sensación de que este Real Madrid está un escalón por debajo respecto a los grandes favoritos a ganar la Champions League.