Torino
Ciudad maldita. Desde que un solitario gol de Alfredo di Stéfano diera la victoria al Real Madrid en los cuartos de final de la Copa de Europa de 1962 el Madrid no conoce la victoria en el campo de la Juventus, uno de esos terrenos que -por caprichos del destino- suele ser extremadamente hostil hacia el Rey de Europa, como Alemania, o, hasta hace poco, Lyon. El Real Madrid perdería aquella Copa de Europa en la final ante el Benfica de Eusébio, lo que derivó en el adiós de Don Alfredo del club blanco. Los norteamericanos ya lo habrían bautizado de maldición a la 'maldición del Bambino'.
Sí, ante la Juventus llegó el que con más probabilidad sea el momento de máxima alegría para el madridismo moderno; La Séptima, pero fue en terreno neutral; Ámsterdam. La vecchia signora es uno de esos equipos que tradicionalmente da bastantes disgustos al gigante vikingo. El Madrid sufre en Piamonte: El penal fallado de Figo en 2003. El gol en la prórroga de Zalayeta en 2005. Las dos exhibiciones de Del Piero -en la ida y en la vuelta- en 2008. Los bianconeri logran meterse en la mente con los antecedentes inmediatos, más aún si se considera el hambre y la necesidad con la que llegan, si el Galatasaray gana en Dinamarca y el Real Madrid logra la épica en Torino, la Juve queda casi eliminada de la Champions League 2013.
El Madrid llega con un desbalance brutal. Del excepcional rendimiento ofensivo de la bautizada BBC, al descalabro defensivo de una línea en la que todos -menos Varane- hacen aguas. Quizá es fruto del entrenamiento, quizá por dar protagonismo al balón se ha quitado tiempo de la práctica táctica. Sin Khedira el mediocentro carece de orden, sin Rafa la defensa se hunde en el desorden. La presencia de ambos será clave para plantar cara a la Juve.
Carletto busca el equilibrio de un equipo que poco a poco comienza a carburar, Bale pasó de ser un herniado inválido a dar 4 asistencias en 4 días, Benzema paso de ser empané a ser el delantero ideal para que los monstruos con los que cuenta el italiano en las bandas -Cristiano y Bale- se complementen y actúen mejor de cara a gol. La más que celebrada vuelta de Xabi Alonso servirá para, paulatinamente, buscar el codiciado balance. Significará menos protagonismo para un correctísimo Illarramendi y, probablemente, más ostracismo para Casemiro, pero lo importante ahora es buscar las piezas con las que mejor actúe el equipo y tener el tiempo de rodaje y adaptación. El margen de mejora es muy grande.
Noche grandiosa y mágica en Torino. Se gane o se pierda. El Real Madrid nació para jugar ésta clase de partidos, en ésta clase de estadios y ante ésta clase de rivales. Los antecedentes recientes no son buenos pero tampoco lo eran respecto al partido de Estambul. El Madrí saldrá vestido de naranja a conquistar la capital de los Alpes.