El Balón de Oro de la vergüenza de siempre

Desde el último Balón de Oro a Karim Benzema no se entrega uno completamente válido y lógico. Los siguientes, entre regalos y homenajes innecesarios, han convertido al teórico galardón más distintivo en una auténtica fiesta sin sentido contra lo que es el fútbol. Y eso que ya llegó a su máximo nivel el año pasado, cuando le robaron descaradamente a última hora el premio a Vinicius Jr. Aunque eso es otro tema, y tampoco voy a entrar en la candidatura de Lamine Yamal, cuando no fue ni el mejor, ni tampoco el segundo, de su equipo. Hablemos de Federico Valverde, que ha sufrido otra injusticia más.
Tampoco soy objetivo con Fede, y es que es otro que está dentro del club de los "jugadores de mi vida", como Gareth Bale o Luka Modric. El uruguayo ni siquiera está entre los 30 mejores en estas tan limpias votaciones, y eso que fue el más destacado del Real Madrid el año pasado. Sé que a muchos les encanta alardear de los 43 goles de Kylian Mbappé que valieron una Bota de Oro completamente inútil, pero ni siquiera el francés fue el segundo más importante la temporada pasada, así que dejaremos eso para otra ocasión. La continua vergüenza que da el Balón de Oro es lamentable, pues Valverde se merece estar entre los diez primeros campaña a campaña.
Ser el jugador más importante en el club más grande de la historia debe tener algún mérito o reconocimiento, y es que Valverde cumple eso y mucho más. Incluso por cierta parte de la afición sigue habiendo esta infravaloración extrema que denota un conocimiento futbolístico pésimo o inexistente. Y eso que se autodenominan madridistas, que es lo más grave de todo. El uruguayo, para nuestra suerte seguirá demostrando que es más que digno de llevar la banda de capitán del Real Madrid, y seguirá luchando por cada aficionado durante los 90 minutos de todos los partidos, porque para él no hay nada más grande que este equipo.

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