A seguir soñando
Como el que no quiere la cosa, el actual campeón de Turquía está luchando por colarse entre los ocho mejores equipos de Europa. Además, lo está haciendo practicando un baloncesto de muy alto nivel y que ha llamado la atención del resto de equipos. El conjunto de Ergin Ataman se clasificó para el Top 16 siendo superado tan solo por Olympiacos y en estos momentos una victoria ante el Real Madrid podría dejarle el cuarto puesto en bandeja. Y todo ello a pesar de las lesiones de jugadores importantes como Jawai, que se llegó a temer por su vida, o la de Gordon.
La lacra del equipo turco han sido, sin duda, las lesiones. A las antes mencionadas de Jawai y Gordon, que serán bajas para toda la temporada, se les une la de Dudley y la de Markoishvili. De esta forma, el entrenador Ergin Ataman tuvo que acudir al mercado para reforzar un juego interior que se vio muy perjudicado. Mensah-Bonsu ha sido la alta más importante del actual campeón de Turquía. El exNBA está rindiendo a mucho nivel y se ha convertido, gracias a su habilidad para rebotear, defender y machacar el aro, en el revulsivo del Galatasaray. Sin las lesiones nadie sabe hasta dónde podría haber llegado este equipo.
Clave para el buen hacer turco ha sido el manejo en la rotación de Ataman. Con una plantilla muy amplia ha conseguido dosificar al equipo cuando lo necesitaba y hacerles ver a sus jugadores que no hay nadie indispensable en la plantilla. Aún así, jugadores como Guler, Arslan o Hairston se han multiplicado y han dado un paso adelante por y para el equipo con el objetivo de no parar de soñar y, quien sabe, si convertirse en la revelación de esta Euroliga. El conjunto madridista ya sabe como se las gasta este Galatasaray ya que en el Palacio solo pudo ganar de cinco puntos en un partido muy disputado.
La estrella: Carlos Arroyo
El exjugador de Miami, Orlando y Utah, entre otros, se ha erigido como el líder del equipo. Es el máximo anotador, asistente y el que más tiempo pasa sobre el parqué. Parece vivir una segunda juventud en Estambul y es indiscutible para Ataman. Lleva las manijas de un equipo que se ha quedado un poco huérfano en la dirección con la baja de Dudley. Sabe que es la estrella del equipo y que el buen hacer del Galatasaray en Euroliga depende mucho de su estado de forma, pese a sus 34 primaveras.