Felipe y Ayón, la dupla ideal

El Real Madrid ha encontrado a la pareja de interiores ideal para desplegar su baloncesto. Felipe Reyes y Gustavo Ayón se han convertido en titulares para Pablo Laso. Además de esto, la compatibilidad y el entendimiento entre el cordobés y el mexicano es más que sobresaliente y esto beneficia a un equipo muy equilibrado en las últimas fechas. 

 

El 'Laso Team' ha dado un paso adelante en este 2015, en comparación al dubitativo inicio de temporada. El cuadro merengue está dejando una buena imagen en las últimas fechas, quitando los tropiezos ante Panathinaikos y UCAM Murcia. Gran parte de culpa del buen nivel de los madridistas es de la pareja de interiores: Felipe Reyes y Gustavo Ayón.

El cordobés y el mexicano se retroalimentan y, cuando juegan juntos, sus cualidades se acrecentan. El entendimiento entre el '9' y el '14' es vital para el buen funcionamiento del juego madridista. Asisten, anotan, rebotean y defienden a la perfección. De hecho, es una de las claves por las cuales el Real Madrid puede llevarse la victoria del Palau el próximo jueves. 

La segunda juventud de Felipe

Reyes ha sido un jugador clave desde que aterrizó en la Casa Blanca. Sin embargo, parece que es como el buen vino, que con los años mejora. El cordobés está viviendo una segunda juventud y está dejando en evidencia que el mejor Felipe aún está por llegar, pues cada partido que pasa, muestra un mejor rendimiento. En defensa es un auténtico bastión, pues no deja escapar un solo rebote. Así como en ataque, que anota con suma facilidad. 

Ayón, en su mejor momento

El pívot mexicano llegó a Madrid como una estrella, siendo un jugador con un gran talento. Sin embargo, sus primeros meses en la capital no fueron buenos. No le salía nada y deambulaba perdido en la pintura. Poco a poco, el azteca fue adaptándose a su nuevo club y se ha convertido en uno de los favoritos de Pablo Laso para ocupar el puesto de '5', relegando a Bourousis a tercer pívot en la rotación. Ayón defiende con solvencia y con Felipe forman un muro infranqueable y una pareja reboteadora. Además, se ha convertido en el asistente preferido del cordobés. El entendimiento entre ambos jugadores es más que sobresaliente.