Sufriendo sabe mejor

El Real Madrid venció al Barcelona (76-77) en un final agónico que decidió un tiro de Llull a falta de una décima. Mirotic, con 31 de valoración, fue el mejor del partido y fue nombrado MVP del torneo.
09.02.2014 20:20 de  David Marcos   ver lecturas
Sufriendo sabe mejor

De infarto. No hay otro calificativo para la final de la Copa del Rey disputada entre el Real Madrid y el Barcelona. El encuentro estuvo igualado en casi todos los aspectos, y al final se tuvo que decidir con un tiro de Llull a falta de una décima. Rudy, con 19 puntos y 21 de valoración, y Mirotic, MVP del torneo gracias a sus 17 puntos, 11 rebotes y 32 de valoración, llevaron a los blancos a conseguir el primer título de la temporada y poner el broche de oro a una competición inmaculada. [Narración y comentarios en directo]

Como era de esperar, un partido de estas características, entre dos de los mejores equipos de Europa, tardó en arrancar. Los dos primeros minutos fueron un tanteo de defensas y estados de ánimos. Tanto es el respeto que se tienen ambos conjuntos que el marcador a falta de siete minutos era de 2-2. Un triple de Rudy ponía la primera ventaja para el Madrid y parecía despertar el acierto anotador de ambos conjuntos.

Si Rudy y Mirotic eran los encargados de llevar los puntos del conjunto madridista, en el Barcelona, Tomic y Lorbek se repartían los puntos gracias al clásico bloqueo y continuación con Huertas, una jugada que repetían una y otra vez y a la que los blancos no encontraban solución. De hecho, en dos ayudas de Rudy, el balear cometió dos faltas personales que le obligaron a marcharse antes de tiempo al banquillo.

El final del primer cuarto estuvo marcado por una decisión mitad polémica mitad anécdota. A falta de 27 segundos, el reloj de posesión se quedó anclado en los 24 segundos, por lo que el Real Madrid tuvo toda la posesión y se llegó al final del cuarto. Sin embargo, los colegiados decidieron darle seis segundos extras al Barcelona que Oleson aprovechó para anotar sobre la bocina (17-16).

El Barcelona impone su ritmo

La entrada de Sergio Rodríguez anunciaba el comienzo del segundo cuarto. Con el canario, Xavi Pascual introdujo a Sada, que no disputó ni un solo minuto de la semifinal con la única misión de ser el hombre capaz de parar el ritmo impueso por el 'Chacho'. Y por algunos momentos lo logró, evitando que los blancos se marchasen en el marcador, sin embargo, la magia siempre aparece y Sergio fue capaz de encontrar en varias ocasiones a Slaughter para el delirio de la afición del Martín Carpena.

A pesar de los intentos por romper el partido, el planteamiento de Xavi Pascual durante la primera mitad fue perfecto, evitando siempre que el partido se convirtiese en un correcalles, mucho más favorable para los intereses de Pablo Laso que para el suyo. Los últimos minutos del segundo cuarto tuvieron en Abrines un invitado de excepción. Con dos triples en apenas dos minutos, el mallorquín lograba poner a su equipo cuatro puntos arriba, una renta que lograron mantener hasta llegar al descanso (42-38).

Draper y Rudy despiertan al Madrid

La segunda parte comenzó como se esperaba del conjunto madridista. La presencia de Draper en pista le dio al equipo mucha más intensidad en defensa. Fue el hombre que supo secar a la perfección los bloqueos de Tomic y puso en serios aprietos a un Huertas que tardó más de de la mitad del cuarto en entonarse.

Junto al trabajo defensivo del croata, Rudy se encargó de echarse el equipo a la espalda en ataque, y con dos triples casi consecutivos puso por delante a un Madrid que comenzaba a recuperar las mejores sensaciones. Sin embargo, cuando mejor pintaban las cosas para los blancos, Marcelinho hizo acto de aparición y logró que su equipo se marchase solo un punto por debajo al final del tercer cuarto (59-60).

El último cuarto de la gran final prometía nervios y emoción a partes iguales. Tal era la intensidad puesta en cada jugada, que en apenas tres minutos, el Barcelona cometía su cuarta falta personal del cuarto y entraba en bonus, algo de lo que se benefició el equipo blanco, que desde la línea de personal lograba mantenerse por delante en el marcador.

Eterno Mirotic

Con el 64-64 en el marcador se llegó a los últimos cinco minutos. En esos momentos en los que la bola quema, un jugador de tan solo 22 años demostró una madurez de la que muchos jugadores carecen. A base de rebotes, defensa en el poste y coraje de cara al aro, el montenegrino permitió que su equipo lograse siete puntos de ventaja y alcanzar los 31 de valoración, unos números que le permitieron ser nombrado 'MVP' de la final.

A falta de 20 segundos, una canasta de Marcelinho ponía a su equipo dos puntos abajo en el marcador (73-75). Por delante, todo un mundo. En el siguiente ataque, una pérdida de Sergio Rodríguez le llegó a Oleson que logró un 2+1 que ponía el partido muy cuesta arriba. Sin embargo, cuando peor pintaban las cosas, un jugador totalmente desaparecido se convirtió en el héroe del partido.

Increible Llull

Ocho segundos por delante, un punto abajo y todo por decidir. Sergio Rodríguez subió la bola, llegó hasta la zona del Barcelona, abrió el balón para Llull, que libre de marca, anotaba el tiro a falta de una décima para el final del encuentro, tiempo únicamente para un palmeo de Tomic que no entró. Al final, 76-77 para un Real Madrid que suma el primer título de la temporada, se mantiene invicto en España y sigue demostrando que por muy cuesta arriba que se pongan las cosas, el corazón madridista es capaz de todo.

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