Set en blanco para despegar

El Real Madrid C recibía al Sariñena bajo el brillante sol de Madrid. Los de Díaz estaban obligados a ganar para salir del descenso y para hundir a los aragoneses en el farolillo rojo. Conocedores de la importancia del choque, los madridistas salieron a por todas, y esta vez sí, el segundo filial blanco explotó su fútbol. En la primera mitad solventaron el choque, y en la segunda disfrutaron del resultado y aumentaron la diferencia.

Sentencia en la primera mitad

Soberbios primeros 45 minutos de los de Díaz. Muchos aficionados no se habían sentado todavía cuando Fran Sol en el minuto 1 ya había hecho el primero para los blancos. Ramírez mete un centro preciso y el delantero remata sin oposición alguna dentro del área. Un gol que daba mucha moral a los madridistas tras los malos resultados cosechados en las jornadas anteriores.

El Real Madrid C se hizo dueño y señor del partido desde el primer segundo. Las llegadas por parte de los de Díaz eran muy claras, y Joel pudo hacer el segundo en una contra muy bien llevada. El lateral cruzó demasiado el balón. Dos minutos después fue el conjunto merengue el que hizo el segundo de la mañana por medio de Ramírez. El mediapunta recoge el balón tras una asistencia de Melero dentro del área grande,  y lo introduce a la jaula con toda la tranquilidad del mundo. Moso no pudo hacer absolutamente nada.

Pasada la media hora de partido, Bruno hacía el tercero en una jugada personal y dejaba muy encarrilado el choque. El extremo caracoleó dentro del área hasta quedarse solo ante Moso, el extremo cruzó el balón y batió fácilmente al guardameta.

El Sariñena solo tuvo un acercamiento con cierto peligro en la primera mitad, pero afortunadamente para los de Díaz, el balón se marchó fuera. Los aragoneses no dispararon a puerta durante los 45 minutos primeros.

Monólogo de los blancos

La segunda mitad continuó como la primera parte: constantes ataques del segundo filial blanco. Los madridistas se sentían más relajados por el resultado, se gustaban y estaban muy cómodos sobre el terreno de juego.

Lozano se une a la fiesta

El joven jugador demostró a su entrenador y a toda la grada del Campo 7 lo gran futbolista que es. Solo tardó doce minutos en dejar huella con una auténtica obra de arte. Bicicleta en el borde del área para dejar atrás al defensor y ante la salida del guardameta se saca un precioso globo para mandar el balón al fondo de las mallas. Siete minutos después provoca una mano en la luna del área, y él mismo se encarga de lanzarla y clavarla en la escuadra.

El set lo completó Fran Sol. Internada por la derecha de Luis, que mete un preciso pase al corazón del área para que el delantero solo tuviera que empujar el balón. Goleada para despejar todas las dudas y volver a la senda de la victoria.