El engaño de las palancas que reflejó el clásico
El Barcelona no ha podido competir a un Real Madrid que controló el clásico prácticamente durante todo el partido. El arreón final de los de Xavi Hernández en el tramo final tras el gol de Ferrán Torres pudo poner en peligro la victoria, pero duró el tiempo hasta que Eric García cometiera el segundo error garrafal de la noche al pisar a Rodrygo dentro del área. Ha quedado claro que el clásico del año pasado fue un espejismo: "He pensado en la temporada pasada, que inventé algo... y en este partido he intentado no inventar y meter a los jugadores en su sitio", mencionó Ancelotti en la rueda de prensa posterior al partido.
Las famosas palancas son un engañabobos. Dembelé no apareció, Lewandowski desaparece en los partidos importantes, Raphinha no acaba de demostrar el nivel óptimo, Koundé no pudo frenar a la delantera blanca, Kessié jugó los minutos residuales y Marcos Alonso ni salió. Xavi Hernández tiene todo lo que pidió, con la consecuencia de sentenciar casi de muerte la ya maltrecha salud financiera del club, y todo para nada.
En el otro lado, el Real Madrid gana fruto de una gestión responsable y un equipo forjado en una base de veteranos que continúan siendo válidos, y unos jóvenes que vienen pisando fuerte. El día y la noche. Faltó 'hacer un Bayern' y hacer sangre, pero a veces hay que dejar que uno mismo lo haga. El Barcelona ya se ha herido a sí mismo.