El Real Madrid ha hablado donde había que hacerlo
Lamine Yamal habló donde nunca hay que hacerlo. Fruto de su juventud, de su soberbia o de lo que sea, la realidad es que el internacional español se tuvo que comer sus palabras en la previa del clásico. El Real Madrid se impuso al FC Barcelona con una solvencia engañosa por lo que se vio en el resultado. Fue un 2-1, pero pudo ser una goleada de escándalo si Soto Grado, el VAR y Szczesny en cierto modo no hubieran contribuido a ello.
El ruido llegó desde la ciudad condal. En Barcelona se habló mucho de este clásico con una confianza enorme, pero en el Real Madrid se ha ido puliendo el trabajo sin decir ni mu, callando y esperando el momento idóneo para hablar donde hay que hacerlo, en el terreno de juego. Y ahí es donde el conjunto blanco lo ha hecho a la perfección. Desde el primer minuto ha sido un dominio avasallador por parte de los de Xabi Alonso, partiendo con ese penalti anulado de Lamine Yamal sobre Vinicius.
UN REAL MADRID MUY SUPERIOR
Hacía tiempo que no se veía una superioridad tan grande contra un Barça inoperante. Lamine directamente estuvo desaparecido durante gran parte del partido, Pedri terminó expulsado y los azulgranas desquiciados montando tanganas al final del encuentro como consecuencia de no saber perder. Se había acostumbrado a ganar los clásicos, pero Xabi Alonso y los suyos les han devuelto a su realidad, la de ser los segundones del campeonato nacional y de claudicar donde hay que hacer, en el césped.