Xabi Alonso ha ganado tiempo, pero no crédito
El Real Madrid -y Xabi Alonso- cogieron oxígeno el otro día en Vitoria. Pero, de nuevo, las sensaciones estuvieron lejos de ser las mejores. Un chispazo de Vinicius, previo pase de Güler y posterior asistencia a Rodrygo, fue suficiente para mantener en el cargo al tolosarra. El entrenador, salvo hecatombe mañana en Talavera o el sábado contra el Sevilla, se comerá el turrón.
Pero los rumores no cesan. En las últimas horas, pese al triunfo en Mendizorroza, han cogido fuerza dos nombres de la casa: Álvaro Arbeloa y Santiago Solari. El primero, sería una apuesta seria y a medio-largo plazo; el segundo, una solución temporal a la espera de apostar por un técnico más contrastado más adelante. En cualquier caso, lo que parece evidente es que la confianza en el proyecto de Xabi Alonso se ha desvanecido por completo dentro del Real Madrid. Algo se ha roto, y no parece de fácil arreglo. Y eso que la apuesta del club el pasado verano por el vasco fue fuerte.
En Concha Espina querían dar un giro a su política de entrenadores, apostando por un técnico de libreto más moderno e intervencionista. Pero ese Xabi apenas se ha dejado ver en los últimos meses. Ha tenido que elegir entre ser fiel a sus ideas o ceder ante un vestuario que le puso la cruz hasta hace no mucho. El tolosarra apostó por la segundo, y ello -junto con la pésima dinámica de resultados- ha conllevado la pérdida de esperanza en un proyecto que ilusionaba y mucho, tanto a la afición como a la propia cúpula directiva.
Xabi salvó un 'match-ball' en Vitoria, pero su adiós parece cantado. El próximo tropiezo podría ser el definitivo. Pero un servidor, quizá pecando de iluso, se niega a descartar la posibilidad de que Alonso logre encadenar tres victorias más de forma consecutiva, llegue a Arabia Saudí con vida y de un golpe encima de la mesa en forma de Supercopa de España. Soñar es gratis, ¿no?