ANÁLISIS BD | El plan de Florentino para poner fin al libre albedrío de los clubes-Estado
Vivimos tiempos de cambio en el panorama futbolístico europeo. La pasada temporada, tres de los cuatro semifinalistas de la UEFA Champions League fueron clubes dominados por los petrodólares: PSG, Manchester City y Chelsea. Algo lógico teniendo en cuenta que se trata de clubes que parecen poder gastar lo que quieran con total impunidad, especialmente los dos primeros.
Y es que este verano hemos asistido a un nuevo fichaje record de los 'citizen', que han desembolsado más de 100 millones de euros por Jack Grealish y aspiran a fijar una nueva marca con el fichaje de Harry Kane. Por su parte, el PSG confía en retener a Mbappé pese a que solo le resta un año de contrato y juntarlo con los Messi, Neymar, Sergio Ramos, Donnarumma y compañía, jugadores todos ellos que cobran cifras astronómicas. El Fair Play Financiero parece no existir en la capital francesa, y es que solo han vendido por valor de 7 millones de euros (Bakker al Leverkusen).
En el Real Madrid, conscientes de que no pueden competir económicamente con los clubes-Estado, han cambiado su política de fichajes en los últimos años apostando por jóvenes promesas antes de que se conviertan en estrellas mundiales, con el riesgo que ello conlleva. Sin embargo, en Chamartín confían en que este libre albedrío del que disfrutan PSG y Manchester City llegue a su fin con la Superliga Europea. Un proyecto que contará con controles económicos mucho más férreos que los de la UEFA, siendo este precisamente uno de los motivos principales por el que los parisinos rechazaron la Superliga (además de para mantener sus privilegios con la propia UEFA).
El proyecto de la Superliga Europea -por cierto, con Florentino Pérez como presidente de la competición- saldrá adelanta más tarde o más temprano. El caso se encuentra en manos de la Justicia Europea, que dará una resolución definitiva en los próximos meses. Hasta ahora todas las batallas judiciales las ha ido ganando la Superliga, por lo que es de esperar que el proyecto salga adelante, y más cuando ninguno de los doce clubes fundadores ha abandonado todavía el proyecto. Una vez la Superliga sea realidad, se espera que el PSG se suba al tren para no quedar desfasado, pero si lo hace tendrá que ajustarse a regañadientes a los nuevos controles económicos.