Cambiar el chip
Llegado el punto, hay que reflexionar. No sólo sobre el rendimiento, la trayectoria o el estado actual del equipo, también de la parte de importancia del público y del punto de la temporada en el que nos encontramos. Pese a las derrotas y a tirar media Liga en dos partidos, con el desánimo y la desmotivación por bandera, no queda otra que luchar. La crítica es importante, y necesaria, pero no es el momento de echarse encima del equipo. Fallando en los momentos importantes, sí, pero en cuartos de Champions, en la final de Copa y luchando por el título liguero.
Hay cosas que se nos escapan, lo sé. Una de ellas son las "intenciones arbitrales" de las que se hablaba en Realmadrid TV. Una cosa es un error, que beneficia o perjudica a determinado equipo, y otra la intención, que no es otra cosa que el beneficio por decreto de un equipo, en este caso el Barcelona. En los últimos 20 partidos Madrid-Barça, hemos jugado un tercio de ellos con uno menos. En una Liga limpia y sana, el Barça estaría tercero y con una diferencia abismal de puntos. Que pregunten en Sevilla, Valencia, San Sebastián, Madrid, o en la propia Cataluña. Su última víctima fue el rival de la ciudad, que pese a competir de manera sobresaliente, se vio perjudicado con un penalti no señalado, un penalti que venía de una mano previa y la expulsión de uno de sus jugadores. Mourinho lo resumió perfectamente en su etapa en el Real Madrid: "Cuando el Madrid juega mal, pierde. Cuando otros juegan mal pasa algo y ganan". Si las actuaciones arbitrales son sangrantes para el Real Madrid, ergo para la Liga, ¿no habrá que posicionarse al respecto y poner las cartas encima de la mesa denunciando la situación? No es cuestión de victimismo, es cuestión de dignidad.
Algo que sí está en nuestras manos, y ahí cobra sentido el papel del aficionado, es apoyar al equipo. Es de suma importancia, ya que condiciona el juego y la moral. Hay que reflexionar. No se puede permitir que el mejor equipo de la historia del fútbol tenga una afición así. Como no se puede cambiar, reflexionemos. ¿No será mejor apoyar a Diego López ante la miserable campaña mediática en su contra que obedecer a dedo a personajes que no son del Real Madrid y pitarle inmerecidamente? Sencillamente, ¿no será mejor apoyar que pitar a un futbolista de los tuyos? ¿No habrá que replantearse la condición de aficionado perteneciendo a un público conocido por pitar a Zidane, Ronaldo, Figo, Casillas, Raúl, Cristiano, Diego, Bale... y por aplaudir a Silva, Llorente, Ronaldinho o Iniesta? Pedrerol, Relaño, Segurola, Lama y compañía apuntan y el Bernabéu dispara, como un rebaño de ovejas con el pastor de turno.
Hay que cambiar el chip. Crítica fuera y apoyo dentro. Cambiar los pitos a dictado por los aplausos a tus jugadores. Alentar al equipo en el tramo más importante de la temporada, donde los dos tropiezos incomprensibles para la Liga pueden olvidarse con una gloriosa actuación en Champions y con la final de Copa, además del imprevisible camino de la Liga. Se viene un partido mayúsculo, con aroma de vendetta en donde la afición es determinante. Defender y proteger a los tuyos, ser hostiles con los rivales y no a la inversa es primordial para hacer algo. En Copa, Champions y más aún en Liga, todo se reduce a luchar, y ésta es una de las señas de identidad del Real Madrid. Podemos si estamos juntos, pero hay que evolucionar, cambiar el chip y demostrar que la afición madridista es mucho más que todo esto.