La vida de los árbitros sigue igual

15.09.2013 00:00 de  Redacción   ver lecturas

Yo sé que es muy difícil arbitrar, que a veces hay jugadas que no nos quedan claras ni diez repeticiones después a los espectadores y los colegiados tienen que decidir en décimas de segundo qué pitar con tan solo una imagen: lo que ocurre en directo. Pero existen acciones que son inexplicables e injustificables, como las que tuvieron lugar anoche en el Camp Nou.

Ni el Barcelona ni el Madrid están finos en este inicio liguero. Les cuesta ganar partidos pero entre ambos existe una diferencia que se ha hecho patente en esta jornada. Cuando el juego no acompaña, a los del Tata Martino les dan más facilidades para ganar que al resto de equipos. En esta ocasión, con uno a cero en el marcador, Muñiz Fernández anuló un gol de cabeza a Cala que hubiera supuesto el empate del Sevilla en casa blaugrana. Observen la secuencia las veces que consideren oportunas a ver si alguien consigue descifrar qué infracción cometió el jugador sevillista para que el gol fuese invalidado. Incomprensible.

Vámonos ahora al partido del Madrid. Con el empate a dos en el marcador, Musacchio derribó claramente a Di María dentro del área pero Teixeira Vitienes no consideró suficiente el contacto como para señalar penalti. El derribo no puede ser más claro. El argentino del Madrid dribló dentro del área al defensor del Villarreal que se desentendió del cuero e hizo caer al delantero blanco. Incomprensible también.

Seguro que esta temporada algunos interesados intentarán convencer de nuevo a la sociedad de que los dos grandes del fútbol español son siempre beneficiados por el arbitraje. Yo creo que no. O por lo menos no en la misma medida como se ha podido demostrar en las últimas temporadas. Este hecho no es nuevo y no por habernos acostumbrado a vivir con ello nos debe parecer menos injusto.

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