Rollercoaster
Y llegó Bale. Anunciado oficialmente, fotos de su llegada a Madrid. El galés cumple un sueño que tenía de niño y Floren -y también Zizou- cumplen el sueño de tenerle en el equipo. El nacido en Cardiff aporta explosividad, que sumada a la de Cristiano Ronaldo, promete y mucho. Bale llegaba, Kaká se marchaba, Coentrão se quedaba, sospechosa avalancha de buenas noticias, tenía que llegar una mala para compensar, por esto del karma... Özil se va.
Mesut, y su padre, prefieren un par de duros más y jugar al lado de Cazorlita y Arteta en el norte de Londres que trabajar para ganarse un puesto y jugar al lado de Cristiano y Bale en La Castellana. Deja mucho que desear la actitud de un futbolista con el talento suficiente para ganarse un Balón de Oro algún día. Una de las mejores zurdas que se haya visto por Chamartín. Mientras estaban Canales o Kaká como competencia todo iba bien, con Modri? e Isco decide irse. Gran decepción, Özil ha dado muchas alegrías a la afición madridista, pero el Madrid no se deja chantajear por nadie, si alguien se quiere ir, ahí está la puerta. Gracias y adiós. Fin de la historia.
Se ha criticado el fichaje de Bale desde todo punto de vista posible, sólo falta que el Papa o Barack Obama se pronuncien al respecto. La gente falla en darse cuenta de algo, es demasiado mainstream para el fichaje galáctico de Floren jugar las primeras jornadas de la Liga. Así es el Madrí; parte rock & roll, parte cabaret, parte marketing y, ¿por qué no?, parte fútbol. El Madrid es la alegría de saberse ganador aun perdiendo, de saberse superior siempre y en todos los aspectos de la vida. El Madrid es porno. El que espere mesura y discreción que se vaya a otro lado. El Madrid es extravagancia, y así hay que amarlo.
Le preguntaron a Garethcito que si él venía para ayudar a Cristiano a ser el mejor, comparándole con la frase de Neymar en su presentación por el FC Barcelona; Bale respondió que Cristiano no necesita de su ayuda para ser el mejor, que eso ya lo ha demostrado el portugués por su cuenta. Salió inteligente el galés. Culto y con estilo. Su IQ es una necesaria adición a una plantilla con muchos Ramos y pocos Xabis. Y había gente que decía que no era necesario.
La montaña rusa del deadline day. Al final del día nos quedan más buenas noticias que malas -qué Kaká se ha ido, ¡a Cibeles!-, a pesar del suave susto y coqueteo de Fábio con el United, bendito el fax tardío. El último arreón de un día que empezó iluminado por Bale y eclipsado por Özil. No se pueden ganar todas, deportivamente sí que se extrañará al alemán. Sólo resta esperar que Zizou, Carlo y Floren hayan cometido los movimientos justos, que, de detectar algún error, sean expeditos en corregirlo durante el mercado de invierno y, finalmente, que los 23 cabrones que están con la camiseta blanca lo den todo por regalarnos muchas victorias en aras de lograr la máxima cantidad de títulos posibles. Comienza la carrera; ready, set, go!