El Castilla se condenó en Ipurúa
El Real Madrid Castilla llegaba al partido frente al Eibar con la moral con las nubes tras su victoria en casa frente al Alavés. Una victoria que, a priori, vendría a ser el punto de inflexión de un filial que empezaría a despegar en Ipurúa. Y es que, los de Toril tenían plena confianza en poder sumar su primera victoria a domicilio a costa del Eibar.
Sin embargo, ocurrió todo lo contario. La imagen dada por el Castilla fue la peor de toda la temporada. Los errores y despropósitos fueron continuos y dieron lugar a la enorme goleada que le propinó el conjunto local a los canteranos blancos. Unos canteranos que se mostraron poco contundentes en defensa e inmaduros en muchas acciones del juego.
Primer fallo, primer gol
El primer error del partido por parte del primer filial madridista vino acompañado del primero gol del encuentro. Y es que, como ya ha pasado en muchos partidos, la falta de contundencia en defensa y la mala comunicación entre Yáñez siempre que ha jugado- y la zaga, puso al equipo en una situación adversa desde bien pronto.
Esta vez el meta y Casado compartieron el error a partes iguales. El primer realizó una mala salida a un balón muy pasado al segundo palo mientras que el segundo dejó que Eizmendi le cogiera la espalda y posteriormente se introdujo el balón en propia puerta. Dos fallos que bien costaron un gol.
Grave error de Jaime en el segundo tanto
Y si el primer gol vino tras un fallo, el segundo no podía ser menos. Esta vez el gran protagonista fue Jaime, al que acompañó una defensa poco contundente que fue incapaz de despejar el balón en el gran tiempo que estuvo merodeando por el área antes de que Gomes lo cazará para enviarlo a la jaula de Yáñez.
Toda la jugada vino precedida de un lujo de Jaime. Un lujo en forma de un taconazo al borde del área tan innecesario como perjudicial para un Castilla que veía como un nuevo error propio les dejaba al borde del abismo y prácticamente sin opciones de sacar nada positivo de su visita a Ipurúa.
Raúl de Tomás saca su peor cara
Unas opciones que se irían definitivamente al traste cuando Raúl de Tomás se autoexpulsaba en el minuto 55 al propinar una patada sin balón a un defensa del conjunto vasco. El delantero, que estuvo totalmente fuera del partido, ya debió marcharse a la caseta en la primera mitad, cuando con un codazo, también sin el esférico de por medio, se quitó a un rival de encima.