El Mundial lo ha vuelto a demostrar: sin equipo no hay paraíso

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En el día de ayer los dos mejores jugadores de la última década cayeron eliminados de la Copa del Mundo a las primeras de cambio. Messi no pudo hacer nada ante un Mbappé que presentó su candidatura para dominar el mundo del fútbol en los próximos años. Cristiano Ronaldo, por otro lado, no pudo hacer mucho ante la Uruguay de Cavani y Luis Suárez. El delantero del PSG anotó dos auténticos golazos que acabaron con las aspiraciones lusas en este Mundial.

El Mundial es, probablemente, el torneo más exigente del mundo del fútbol. En la Champions una actuación individual puede hacer ganar una final, pero no hay nada parecido como el máximo torneo internacional de selecciones. Messi, en Argentina, no tiene ni a Iniesta ni a Suárez a su lado, por lo que su juego no es tan determinante como en el FC Barcelona. Del mismo modo que con Cristiano en Portugal. El luso no es el mismo en el Madrid y en su Selección. En el conjunto blanco dispone siempre de más de una ocasión para marcar las diferencias, al contrario que en Portugal, que tiene que aprovechar todas las que tiene debido al juego de su Selección. El principal problema de ambos jugadores es que en sus selecciones no tienen tantos buenos compañeros como en sus clubes.

En este momento cabe recordar una frase de Don Alfredo Di Stéfano: "Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”