Motivos para creer
Si cuando el balón echaba a rodar allá por el mes de agosto al aficionado madridista le hubiesen ofrecido la posibilidad de firmar la situación actual del Real Madrid, nuevamente en la lucha por el cetro continental y a solo un paso de semifinales, nadie hubiese rechazado tal proposición. El rey de Europa vuelve a estar donde debe estar y los miedos y deberían estar del otro lado.
Es evidente que las delicadas lesiones de los últimos días han lastrado el ánimo de la afición blanca ante el octavo choque de la temporada contra el Atlético de Madrid. Modric, Bale, e incluso Benzema, suponen bajas muy sensibles que pueden hacer resentirse el rendimiento general del equipo. Mención especial merece el caso del croata, ya que con su ausencia el conjunto blanco pierde a su principal timón y referencia en el centro del campo.
Sin embargo, hay motivos para el optimismo. Esos tres futbolistas no estarán sobre el césped del Santiago Bernabéu, pero sí estarán otros nombres como los de Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo, Kroos o James Rodríguez. Hay mimbres de sobra para soñar con la primera victoria de la temporada ante los de Simeone y poner así el nombre del Real Madrid entre los cuatro mejores de Europa por quinta temporada consecutiva. Una hazaña solo al alcance de los históricos de la competición.
La primera parte del Vicente Calderón, donde los blancos fueron notablemente superiores al Atlético de Madrid y solo la mala suerte evitó abrir el marcador, unido al apoyo de un Santiago Bernabéu dispuesto a vivir una gran noche europea, son motivos más que suficientes para dejar atrás ese victimismo, impropio del club blanco, que parece haberse instalado tras los inesperados contratiempos.
Con garra, entrega y talento, el Real Madrid tiene todo de cara para enterrar la maldición que le persigue desde que se impusiera a su vecino en aquella mágica noche de Lisboa de haca ya casi un año. Ancelotti tendrá la enésima oportunidad para dar un golpe sobre la mesa, ante su público y con la posibilidad de mantener vivo el sueño de la ‘Undécima’ como premio. Una cita en la que todos, equipo y afición, tendrán prohibido fallar.