Autobuses Benítez
Ridículo del Real Madrid en el Sánchez Pizjuán. El conjunto blanco perdió el liderato y algo más en la jornada previa al primer Clásico de la temporada. Los de Benítez jugaron bien hasta que marcaron y se adelantaron. Ahí se fue el partido y ahí desapareció el Madrid. Inexplicablemente después llegó el baño del Sevilla a un equipo sin ideas ni fútbol.
Benítez volvió a pecar de miedoso. Con el 0-1, el Real Madrid se echó atras y murió arodillado ante un Sevilla al que perdonó la vida. Lo mismo pasó ante el Celta o el PSG, pero con distinto resultado. Esta vez no estaba Keylor Navas para salvar los muebles. Esta vez los blancos acabaron toreados con los olés de un público que disfrutaba de la muerte sin defensa de su rival.
El Madrid fue un equipo plano. Sin desborde, con un Cristiano perdido en batallas sin sentido. O Benítez cambia pronto al luso de posición o se cargará a su mejor jugador. Mientras Bale jugaba nada más estar apto, James comenzó en el banquillo en su segunda convocatoria consecutiva. ¡Otra vez James! ¡Benítez, otra vez James fue suplente!. No aprendiste nada del empate en El Molinón.
Benítez deprime al madridismo a dos semanas del Clásico. De la euforia a la angustia. De la tranquilidad del liderato al nerviosismo de tener que ganar sí o sí al Barcelona. El técnico madrileño se ha metido en un jardín por poner el autobús por tercer partido casi consecutivo, entre medias está la siesta ante Las Palmas. El resultado le salvó en los dos primeros, pero al tercer día el autobús descarriló y fue declarado siniestro total. Toca recapacitar y analizar los errores. El Real Madrid no juega a nada desde hace tiempo y cuando ha perdido por primera vez la situación se ha vuelto alarmante. Benítez se la juega contra el Barça. Él decide si con un Ferrari o con un autobús del Imserso.