Ciclos

21.10.2013 00:00 de  Real Esparta   ver lecturas

Ha llegado la hora de que Casillas abandone el Real Madrid. No saber compaginar su status y la repercusión del mismo con su situación en los últimos nueve meses perjudica más de lo que beneficia al club. Su imagen se ha vuelto arma arrojadiza contra el presidente y la institución por parte de la prensa. Su imagen es alabada hasta por los hinchas del Barcelona, y algo muy malo debe pasar con un jugador del Real Madrid para ser admirado por culés, quienes profesan un odio visceral ante todo lo que huela a blanco.

El mejor ejemplo de lo dañino que puede ser un 'símbolo' cuando ya va en línea descendente se puede apreciar en lo sucedido con Raúl y Luis Aragonés en la selección española. Para Luis fue evidente que el status de leyenda y mito del otrora delantero madridista era contraproducente para la vida dentro de la concentración y para el estado anímico de los seleccionados. Quizá inadvertidamente, quizá no; la presencia de Raúl rompía el ecosistema de una selección en medio de una renovación. El resultado de la España post-Raúl fue evidente: victoria en la Eurocopa de Austria-Suiza y fundamento de las bases para el campeonato del Mundo 2010 y la Eurocopa 2012. Eso sí, en el espacio entre la decisión tomada y el resultado obtenido fue víctima de una campaña atroz desde un sector de la prensa. Campaña que terminó una vez visto dicho resultado.

Estando callado o hablando. La presencia de Casillas genera un clima terriblemente cansino para el aficionado madridista, que tiene nueve meses escuchando el mismo tema. Unos lo responsabilizan directamente a él, otros responsabilizan a la prensa. La verdad, todas las partes tienen distintas cuotas de responsabilidad sobre el tema. Discutir lo que ha dado al Madrid es de idiotas, como lo es también negar el ambiente hostil y la evidente división del madridismo formada en torno a la figura del hoy capitán del Real Madrid.

'Es un símbolo'. 'Es una institución'. 'Es un monumento'. Si de monumentos se habla, que conviertan el Bernabéu en museo con estatuas ecuestres en el césped y que quede en el olvido el presente. El pasado, si bien debe servir como referencia, nunca debe ser utilizado para juzgar la actualidad. El único símbolo del Real Madrid es el escudo en el pecho, escudo que ha sobrevivido y cosechado triunfos aún después de Di Stéfano, Gento, Hugo, Zidane, Santillana, Raúl, etc. Nadie es imprescindible. Los ciclos culminan.

Su amenaza-ultimátum-chantaje: 'si en tres meses sigo sin jugar, me plantearé marcharme' demuestra un sentido de impotencia enorme, el no verse capaz de competir deportivamente con Diego López, de utilizar otros recursos para ganarse una titularidad, de jugar con la cúpula directiva del club a la que le interesa más el 'qué dirán' y cuidar una falsa imagen antes de ver lo que realmente perjudica o beneficia al Real Madrid como grupo, como club y como institución.

Para Casillas no es suficiente jugar Copa y Champions, en un movimiento que hasta el propio entrenador del Real Madrid califica de "anomalía" al ser una "situación especial". Si para Casillas no es suficiente el trato exclusivo que se le da desde el cuerpo técnico y el club por su status, si le interesa más la selección española que el club blanco, debe tomar las maletas e irse. Ese símbolo que es el escudo del Real Madrid debería estar por encima de todo, más aún para alguien que porta -por política de antigüedad- el brazalete de capitán. Sí, incluso por encima de la selección española de fútbol.

Si el club actuó de cierta manera con Özil e Higuaín ¿por qué se cambia la actitud hacia Casillas? ¿Por qué se cede ante sus presiones? Si algo ha demostrado Diego López es que el de Móstoles no es indispensable y que el Madrid puede seguir siendo competitivo más allá de su figura. Ya lo dijo Bernabéu: "quién piense en irse del Real Madrid, ya sabe dónde tiene la puerta". Si el mismísimo Don Santiago aplicó esta idea cuando Alfredo Di Stéfano quiso chantajear al club para prolongar su presencia dentro de la plantilla ¿por qué con Casillas no se hace lo mismo?, en cambio ya se rumora que, aparte de los partidos de Copa y Champions y, a raíz de su frase de "plantearse irse", le darán también algunos partidos de Liga para mantenerle contento. Es una situación bizarra -en el sentido norteamericano de la palabra-, en vez de ser el jugador quién está al servicio del club, es el club el que está al servicio del jugador.

El poder que tiene la imagen de Casillas sobre el Real Madrid, toda la repercusión de su figura sobre el club, ya ha causado el prematuro final del proyecto más estable en un década dentro del Real Madrid. El de José Mourinho. Existían ilusos que pensaban que tras la marcha del portugués volvería la paz al Real Madrid. José está en Londres y el tema Casillas se ha agudizado desde todo punto de vista, aún jugando Iker. El status del capitán ya se cargó un proyecto y, por los vientos que soplan, va en camino de cargarse otro.

"Esta final ha sido el triunfo de la juventud y de las facultades físicas. No se puede vivir siempre de los lauros conquistados. En nuestras filas hay necesidad del relevo de algunas de las que fueron grandes figuras". – Santiago Bernabéu, tras la final de Copa de Europa perdida ante el Inter en 1964. Derrota que significó el adiós de Alfredo Di Stéfano. En palabras de Héctor Lavoe, todo tiene su final.

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My way is my way y ya está