Delitos y culpas
He de admitir que esta semana tenía un tema casi cerrado para este espacio, pero el derbi me dejó sin palabras, ofuscado, en muchos momentos cabreado y, literalmente, sin ganas de escribir nada de nada. Ahora, casi 3 días más tarde, mi mente aún nublada sigue buscando como transmitir sus sensaciones tras el partido del pasado sábado, así que dejémoslo en algunos delitos y culpas del Real Madrid.
El primer gran delito que me viene a la cabeza fue deplorable estado de forma mostrado por todo el equipo durante casi todo el choque, como si de un partido de final de temporada se tratase. Es cierto que el miércoles se disputó un duro partido en Elche, pero para eso están las pretemporadas, para mentalizar y preparar a un equipo para el esfuerzo físico que se va tener que realizar, y también las rotaciones, siempre que se hagan de manera adecuada y sin dejar en el banquillo a los jugadores más en forma del equipo.
En cuanto a los delitos individuales, es necesario mirar con lupa las decisiones tanto del entrenador como del presidente, sí, del presidente. Cristiano Ronaldo declaró al final del partido que la culpa era sólo de los jugadores, y lleva toda la razón, pero su entrenador es el que coloca sobre el campo a todos ellos y su presidente el que los compra o se empeña en no venderlos, con lo cual nadie se queda libre de culpa.
Primer delito del entrenador: Pertenecer al minoritario grupo que sigue sin ver el magnífico estado de forma de Carvajal, muy por encima del de Arbeloa. Y hoy no me valen sentimentalismos de que si es el que más lucha por el equipo y el escudo. Para hacer grupo, los entrenamientos y las concentraciones; aquí se viene a ganar y para hacerlo deben jugar los que mejor estén en cada momento.
Segundo delito del entrenador: la cobardía de jugar un partido en casa, sea quien sea el rival, con 2 medios centros defensivos. No critico a Illarra, que anda adaptándose bien pero lentamente a un equipo tan exigente como el Madrid, ni tampoco a Khedira, un anti fútbol muy necesario en un equipo con este estilo. Critico a su jefe, por dejar en el banquillo a Modric, el jugador más en forma de todo el equipo (salvo que haya algún asunto interno a modo de pequeña lesión que no sepamos).
El tercer delito lo comparten tanto Carlo Ancelotti como Florentino Pérez y se llama Karim Benzema. Ya le dediqué unas líneas en la primera columna de la temporada, en el fondo tenía la esperanza de que explotase, pero no mejora. Marca goles, por supuesto, aunque ya comenté que con los compañeros que tiene debería hacer muchos más. Parece que trabaja y presiona más, algo para aplaudir porque va en contra de su naturaleza, pero creo que este chico ya no da más de sí, sólo es el gran capricho de la persona que se desplazó hasta su casa para ofrecerle la oportunidad de su vida. Cada día resulta más evidente que Carletto está intentando retrasar lo máximo posible la decisión de sentarle y dar entrada al siempre extra motivado Morata, por lo que pueda pasar. El gran problema es que no podemos demostrar que sea indicación de Florentino, empeñado en no admitir sus errores, menores a los aciertos pero que le siguen lastrando su historial poco a poco. ¿Qué ocurre en estos casos? Que al final, en Champions y ante un a priori asequible Copenhagen, el galo es titular y mete un par de goles, con lo que esta historia vuelve a enfriarse.
Es fácil ver delitos y culpas tras una derrota, eso está claro, y en parte para eso estamos, aunque no me hace nada feliz. También es un clásico el pedir más partidos para valorar un plan de equipo, es lo que debería de ocurrir SIEMPRE. Hay que creer en los proyectos, en este caso con Ancelotti a la cabeza, pero los pequeños detalles y retoques son necesarios para ganar ese preciado tiempo; si estos no se acometen todos conocemos cómo se desarrollarán los acontecimientos. Es triste pero es así.
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