Pues va a ser verdad eso de que el dinero no da la felicidad
Yo me pensaba que eso era un mito. Que si el dinero no daba la felicidad, tenía que ser una sensación tan parecida... Difícil de diferenciar. Claro que eso lo pensamos, sobre todo, los que no tenemos en cantidad. Pero ahí está el fútbol, fuente de sabiduría inagotable como la vida misma, para demostrar que, efectivamente, el dinero no da la felicidad. Y si no, que se lo digan a Kylian Mbappé.
En 2022, cuando todo parecía indicar que acabaría fichando por el Real Madrid, el astro parisino pegó un giro inesperado aceptando un contrato multimillonario con el Paris Saint-Germain. Un contrato difícil de rechazar: entre pitos y flautas, el montante ascendía a 630 millones de euros en caso de cumplir las tres temporadas (hasta 2025). Un dineral por jugar, que no se nos olvide, en el equipo de su ciudad, al que también procesa cariño. Yo siempre ponía el mismo ejemplo a todos aquellos que me preguntaban por esto: imaginen que el equipo de su barrio, de su pueblo o de su ciudad natal lo compra un jeque y lo coloca en la élite del fútbol europeo; ahora le ponen un contrato como el de Kylian sobre la mesa junto a otro del club de su vida, el Real Madrid, muy inferior en lo económico. Seguro que le sería difícil tomar una decisión, ¿verdad? Y más cuando te prometen que todo lo que te molesta va a cambiar, que va a haber un nuevo equipazo; cuando encima te llama el presidente de tu país... (Aquellos que comparan el caso Mbappé con Bellingham, que se miren lo que se le ofrecía a Jude en la Premier y el contrato que tiene Mbappé).
La decisión del francés fue intentarlo con el club de su ciudad. No fue puramente económica, aunque, obviamente, el contratazo tuvo mucho que ver. Ahora bien, como se ha visto, el dinero no lo es todo. Ni opción a Champions, ni el trato que esperaba... Mbappé está desilusionado en París, y eso no hay pasta que lo arregle. Es consciente de que se le pasa el arroz y de que si quiere éxito, el PSG no es su sitio. Por ello, rechaza renovar su contrato y percibir una prima de fichaje de 150 millones del Real Madrid que irá a las arcas del club galo para que su salida como agente libre no sea tan dolorosa para los parisinos. En Chamartín recibirá bastante menos que en el Parque de los Príncipes (35 kilos menos), pero seguro será feliz.