Modric, Marcelo y la 'Décima'

Es difícil hacer una valoración crítica de lo vivido ante el Valladolid con el timeline lleno de atléticos. Es realmente complicado obtener una visión algo objetiva, logrando dejar los sentimientos fuera de lo vivido en la noche pucelana. Revisionando la estimación por el desdén que mostraron los blancos en una segunda mitad para olvidar, uno saca varias conclusiones de, principalmente, nombres propios.

El primero que, indudablemente viene a mi mente, y queda reflejado en mis letras, es el de Modric. En cada una de las Copas de Europa que el Madrid ha conseguido en color ha habido un nombre propio, de más o menos calidad, que hizo caer la tan ansiada 'Orejona' para el lado merengue. Karembeu, McManaman y Zidane. A este trío digno de una novela de Dumas, se le puede unir su D'artagnan particular de la mano de Luka.

El croata, como espadichín de sable fino y ágil, no de espadón y armadura como los 'guardianes' Emerson y Diarra, se mueve con finura, ligereza y una precisión digna de poner sus manos rojas una y otra vez. Pero ese esgrimador tiene alma de mesnadero con filo grueso de sobra para demostrar su bravuconería.

Pero si Modric es D'artagnan, Marcelo parece Cálico Electrónico. Salió para salvar la vida del Real Madrid y Carlo le tuvo que poner de interior para tapar sus desplantes defensivos. Este chico, que llegó a ser el mejor lateral del mundo, parece al borde de la jubilación, resoplando a la hora de agacharse cada vez que el equipo necesita de sus servicios en defensa.

Que Coentrao, aquel 'fumapitis' desterrado por algunos, que ayer no dio lo mejor de sí por las nubes de polen que flotaban por el cielo pucelano, sea indispensable a día de hoy en el Real Madrid es tremendamente preocupante. Contra el Valladolid no fue el peor partido de Marcelo ni mucho menos, pero encima tiene el inri de que su presencia coincide con los resultados negativos del Madrid en estos momentos.

Ahora bien, saciadas mis ganas de hablar del yin yang del momento actual del Madrid, que quede una cosa más que transparente: en el carro de la 'Décima' sigo estando agarrado, cual bebe a buluptuso pecho lactante, a la ceja del que me atrevo a renombrar como Il Saggio. Y no cambio de opinión por más que muchos se empeñen en verlo como la viva imagen de la anarquía dentro de un vestuario.

autor

Alejandro López

De la cosecha del 91 emergió un apasionado periodista del deporte en general y de la portería y del aro en particular. Pasé por Onda Cero y Ocio Radio. El objetivismo no existe. Mi opinión, singular, directa y sin tapujos. "The Special Two".